Los aviones militares españoles CASA no superan los controles técnicos
Los nuevos aviones CASA adquiridos por el Ejército Checo no pueden partir para su primera misión militar. Hasta diez averías los convierten por el momento en inútiles para su uso en Afganistán. La operación de compra de estos aparatos ha estado siempre envuelta en polémica y aún es posible que la Unión Europea multe a Chequia por irregularidades.
A este sistema de protección se refirió el general Bohuslav Dvořák en concreto, relativizando la importancia de los fallos encontrados en él.
“Este sistema de defensa es algo muy complejo y muy sofisticado. Nuestras pruebas son muy duras y hemos probado todo lo que el avión ofrece en este aspecto. Los resultados no han sido positivos, pero quiero destacar que no es nada raro, no es algo que no nos haya sucedido antes. Se trata de detectar y arreglar lo que pueda no estar funcionando bien y es lo que estamos haciendo”.La empresa Omnipol ha sido la encargada única de abastecer al Ejército de armamento y vehículos militares en los últimos años y también es la responsable de este contrato. La compañía, a menudo envuelta en polémica sospechosa de irregularidades, tendrá que hacerse cargo de las reparaciones, para lo que el Ministerio de Defensa le ha dado de plazo hasta finales de abril.
El portavoz del Ministerio de Defensa, Jan Pejšek, prefiere ser cauto antes de hablar de una posible rescisión de contrato en caso de que los aviones sigan fallando para entonces.
“De momento ni se plantea romper el contrato. El servicio técnico está contratado. Eso sí, no como parte del acuerdo, sino que se pagó aparte. La compra de los aviones CASA son un ejemplo claro de cómo no deberían hacerse las cosas”.Los aviones CASA C-295 pueden transportar 71 soldados, 48 paracaidistas completamente equipados y armados, o 24 hombres heridos. El precio pagado por cuatro unidades fue de 132 millones de euros, más un quinto que fue intercambiado a España por varios cazas de fabricación checa. Una suma superior en definitiva a la que pagaron otros países por los mismos aparatos, en una operación firmada el día antes del nombramiento de Martin Barták como ministro de Defensa en 2009.
La Comisión Europea acusó a Praga de no cumplir con las leyes de competencia comunitarias al otorgar la licitación a dedo y se espera su decisión final que podría conllevar una cuantiosa multa.