Ramón Gómez de la Serna, un provocador nato
Las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna están a disposición del público checo, en el Instituto Cervantes de Praga, hasta el próximo 29 de septiembre. Convenientemente traducidas al checo por Josef Forbelský, son un reflejo del espíritu indomable de este iconoclasta español que abrió nuevas rutas para la literatura y el arte del siglo XX.
Inmaculada Corcho, comisaria de la muestra, dice que estos trabajos son muy representativos del espíritu inquieto de un artista que se adelantó a su tiempo.
“Las piezas que se recogen en la exposición van del año 1930 al 1935, que son los años en los que colabora con la revista Blanco y Negro y con el periódico ABC. Bajo el título de ‘Greguerías’ él agrupa, o hemos agrupado tanto los críticos como los historiadores, diferentes series. Hay veces que lo llama cifras, aquí podemos ver que hay cifras de París que son greguerías que él escribe en París, cifras de Berlín, que son greguerías que escribe en Berlín, cifras de los músicos, cuando les dedica a los músicos y al mundo de la música determinados textos. Y estas piezas que van de 1930 a 1935 se cortan porque en el año 1936 él se marcha a Buenos Aires a vivir donde muere en 1963. No vuelve a publicar greguerías en España hasta los años 1950, 1953-1954 en los que vuelve a colaborar con el periódico pero ya no los ilustra él, ya solamente manda el texto”.
La greguería es un estilo literario creado por Gómez de la Serna, especie de aforismos humorísticos con mucho de crítica y de estudio social.“La greguería al final se ha convertido en una fórmula literaria. Los españoles en el colegio a lo mejor no conocemos todas las obras de Ramón Gómez de la Serna pero sí sabemos lo que es una greguería. La greguería es un estilo que tiene que ver más con cómo narramos una viviencia, una situación real a través del humor, a través de la provocación, en algunos momentos bastante cínica o irónica”.
Inmaculada Corcho dice que las greguerías reflejan la visión de mundo, muy crítica, que tenía Ramón Gómez de la Serna.“A veces de chispa, de crítica social, política. Más que social, política y filosófica, cómo ve Ramón Gómez de la Serna la vida. También es cierto que él fue un provocador nato, en el vídeo que se ve en esta exposición es un discurso casi improvisado que organiza en el parque del Retiro en Madrid, en medio de toda la gente, es una provocación. Él podría ser ahora mismo una especie de showman que a través de la pluma, que es lo que mejor domina, va desmontando, criticando pero con ejemplos, los estilos establecidos. Hubo un movimiento fuerte en aquella época, que él generó, criticando las publicaciones literarias que se hacían, cómo escribían los literatos, sobre todo él con su provocación, con su actitud, con sus escritos lo que hacía era desmontar lo establecido”.
Estas greguerías son visuales, es decir, el texto va acompañado de un dibujo explicativo hecho por el propio autor. Y esta es la primera oportunidad de ver estos originales fuera de España.“Es la primera vez que salen los dibujos fuera del museo, también es cierto que es porque el museo es muy joven, tiene un año y medio. Ahora estamos poniéndonos en circulación, y bueno esta oportunidad del Instituto Cervantes es buenísima porque para la propia actividad del Instituto es un complemento interesante literariamente y artísticamente y el fondo del museo está poniéndose ahora en circulación y por eso no ha tenido oportunidad de salir antes. Las piezas que tenemos en la colección pertenecían al archivo gráfico del periódico, era una archivo que estaba en la redacción del periódico y no se mostraba como obra”.
Ahora sí se muestran y el público checo, familiarizado con las greguerías gracias a las traducciones de los años 60 del hispanista Josef Forbelský, es el primero después del español en poder verlas.
“Seguro que aquí las entienden muy bien las greguerías porque entre otras cosas los checos ya conocen las greguerías desde los años 60, que se publicó por primera vez, con traducción de Josef Forbelský. Él ha hecho las traducciones de las greguerías que se muestran en la exposición y él hizo la primera traducción que se hizo aquí en la República Checa”.
Además, Inmaculada Corcho cree que este tipo de exposiciones se complementan muy bien con la tarea principal del Instituto Cervantes, que es la enseñanza del español.“Yo creo que exposiciones como esta son un plus para la enseñanza y el aprendizaje del español, porque realmente estas piezas ni Ramón Gómez de la Serna pensaba que iban a ser entendidas como piezas artísticas. Y si hubieramos expuesto solamente los dibujos no se hubieran entendido, nos habrían parecido mejor, peor, más bonitos, más feos. Pero realmente donde tienen su valor es enfrentándolas o acompañándolas con el texto que explica lo que estamos viendo. Yo creo que de cara a la enseñanza del español es interesante, es complicado, probablemente son textos complicados para los primeros cursos de español, pero con un poco de dominio de vocabulario y conjugándolo con los dibujos se pueden entender”.
Y finalmente, sin restarle méritos, Inmaculada Corcho cree que Gómez de la Serna hizo bien dedicándose principalmente a la literatura, ya que el dibujo nunca fue su fuerte.“Definitivamente no fue un buen dibujante. No le quitamos el valor porque aún no siendo un buen dibujante es interesante el testimonio que ha dejado, porque sí es cierto que otras ilustraciones que se han hecho para la greguerías no son tan explícitas ni se entienden tan bien como con sus dibujos, pero no es un buen dibujante, menos mal que no se dedicó a ello”.
Las Greguerías de Ramón Gómez de la Serna estarán en exhibición, en el Instituto Cervantes de Praga, hasta el 29 de septiembre próximo.