Las licorerías temen de las medidas aprobadas por el gobierno
Las fábricas de licores en la República Checa tendrán que pagar una fianza de más de 190 mil euros sin tomar en cuenta el volumen de la producción. La medida aprobada por el Gobierno checo debería entrar en vigor dentro de medio año como reacción a la venta del alcohol adulterado. Los empresarios temen que la nueva ley pueda poner en peligro su superviviencia.
Pavel Varga, agente de la licorería L´OR de la región de Pilsen, afirma que la nueva prescripción puede representar un peligro para los pequeños productores.
„Para muchos productores, la aprobación de esta ley será un desastre, algunos incluso tendrán que cerrar sus establecimientos y empresas. Además, tampoco es una buena solución para acabar con el mercado negro de alcohol“.
Varga añade que el papel del Estado debería consistir en la voluntad de devolver el crédito a los licores checos no solo en Chequia, sino también en el extranjero. Hasta ahora suele pasar que algunos países rechazan los productos procedentes de la República Checa preocupados por su calidad. El Gobierno y la Unión de Productores de Licores esperan la resolución de los problemas con la producción del alcohol ilegal. Además, el depósito de 190.000 euros debería disuadir a los empresarios con la intención de producir el alcohol adulterado.
Mientras que los grandes productores encuentran la nueva medida inevitable los demás tienen miedo de la liquidación. Petr Jenčík, dueño de una licorería familiar en Bohemia occidental, menciona que la nueva prescripción va a traer muchos problemas. Según sus palabras, se les va a complicar la situación a todos los que decidan producir licores, lo que puede causar la pérdida del interés de parte de los empresarios potenciales.
Al final podría pasar que el consumidor checo tendría la oportunidad de escoger entre diez marcas de los grandes productores mientras que las fábricas locales con mucha tradición pero menos dinero, caerían en el olvido.