Crece el número de niños secuestrados por uno de sus padres y llevados al extranjero
Cada año crece el número de menores que son llevados al extranjero por uno de sus padres para evitar perder la custodia. En muchos casos el progenitor checo queda a merced de la voluntad de cooperación del país de su ex pareja.
Es solo un caso de los más de 50 similares que está resolviendo la Justicia checa actualmente. El aumento de matrimonios entre checos y extranjeros conlleva también el surgimiento de problemas de custodia a nivel internacional, cuando la relación termina en divorcio. En los últimos cuatro años se abrieron 130 casos, y la cifra crece anualmente.
Se trata de situaciones que la Justicia todavía no ha aprendido a prever, según comenta Zdeněk Hromadka.
“Los juzgados de Praga 4 no me hicieron caso ni una sola vez, cuando pedí que impidieran viajar a mi ex mujer, por miedo a que desapareciera con la niña. Y ese error se ha demostrado fatal”.
El juzgado dio finalmente la custodia a Zdeněk, pero ya era demasiado tarde. La madre se había marchado a Rusia con la pequeña Anička, de cuatro años. Ahora Hromadka viaja regularmente a este país a buscarla, pero sin éxito, como prosigue.
“Cuando voy a Rusia llamo siempre al lugar donde está registrada como residente, pero nunca me responde nadie”.
Cuando se dan estos secuestros, la parte checa queda siempre en una situación de inferioridad, al tener que contar siempre con la voluntad de colaboración del país de su ex pareja, lo que no siempre se puede dar por descontado.
En el caso de Zdeněk Hromadka, la República Checa tiene firmada con Rusia un tratado de reconocimiento mutuo de sentencias judiciales, pero las instituciones checas no han conseguido que la administración rusa localizara a la madre secuestradora y le obligara a devolver a la niña. Tras el fracaso del Ministerio de Justicia checo ahora lo intentará este lunes el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Aún así en el 70% de los casos, estos secuestros se resuelven de mutuo acuerdo, solo en el porcentaje restante tienen que intervenir los jueces o, en situaciones extremas, los servicios diplomáticos.
El mayor número de fugas de padres con sus hijos se realiza a Eslovaquia, con un 23%, y a Gran Bretaña, con un 14%. Un 5% escapa a España. Según el director de la Oficina para la Protección Internacional de los Niños, Zdeněk Kapitán, los países con los que se mejor trabaja son Eslovaquia y Alemania, y los menos dados a la cooperación, Italia, Grecia y España.