Pavel Wonka: la última víctima del régimen comunista en Checoslovaquia

Pavel Wonka, foto: wonka.wz.cz, Jiří Wonka

Hace un cuarto de siglo que el disidente checo, Pavel Wonka, se convirtió en una de las últimas víctimas del régimen en la Checoslovaquia comunista. Murió el 26 de abril de 1988 a sus 35 años bajo unas circunstancias todavía no aclaradas. La familia de Wonka se enteró de su muerte dos días después. Es uno de los ejemplos de la extrema brutalidad de los carceleros en las prisiones comunistas, que nunca ha sido penalizada.

Pavel Wonka,  foto: wonka.wz.cz,  Jiří Wonka
En estos días se cumplen 25 años de la muerte del disidente anticomunista checo Pavel Wonka. El preso político considerado una de las últimas víctimas oficiales del régimen comunista en Checoslovaquia, cuya muerte, hasta ahora, no ha sido aclarada. El Tribunal Supremo, que se dedicó a su caso después de la Revolución de Terciopelo en 1989, no acusó a nadie a pesar de la evidente violación de las leyes vigentes un año antes, cuando el disidente murió por causas desconocidas. Lo único que confirmó el médico forense fue su mal estado de salud, de modo que el caso fue pospuesto indefinidamente. Todos aquellos a los que todavía indigna el caso de Wonka se reunieron públicamente en la ciudad de Hradec Králové para rendirle homenaje. Míla Petrovský, compañero de Wonka en prisión, comentó el estado actual del proceso.

“Estamos aquí en honor del torturado y asesinado Pavel Wonka, que fue mi compañero en la prisión de Minkovice. Nos hemos reunido para que este hecho triste, brutal y repugnante no caiga en el olvido. Hasta ahora la jueza no ha sido condenada, el fiscal tampoco, simplemente no han acusado a nadie. Es como si el preso político fuera gentuza, y desgraciadamente no hay nadie interesado en este caso“.

Pavel Wonka nació en 1953 en una familia checo-alemana en la ciudad de Vrchlabí en el norte de Bohemia. Después de terminar los estudios en el instituto quería ingresar a la Facultad de Derecho pero no le aceptaron a causa de las referencias negativas de parte de su empleador. Empezó a estudiar por su cuenta y gracias a sus conocimientos se convirtió en “el abogado de los pobres” ante es Gobierno comunista. Luego surgió una serie de detenciones, custodias y encarcelaciones por supuestos delitos contra el régimen.

En 1986 presentó su candidatura a la Asamblea Federal de Checoslovaquia, pero fue rechazado. Este hecho profundizó el rencor del Gobierno contra Wonka y en 1987 fue internado en la prisión más dura en Checoslovaquia – Minkovice. Al parecer fue sometido desde entonces a un ciclo de humillación y tortura por parte de sus carceleros. Otro de sus compañeros, Jiří Kubík, se acuerda muy vivamente de todo lo que solía pasar en Minkovice.

“Pavel Wonka pasó varias semanas llenas de sufrimiento en un calabozo al lado de mi celda. Éramos testigos de como le trataban los carceleros. Una vez cada 24 horas le encerraban en una jaula de 6x6 metros y después de 30 minutos volvía a su calabozo. Cuando se quejaba de cualquier cosa, pues le linchaban con las porras de manera que no le salieran los morratones y hematomas demasiado visibles. Y ahí me di cuenta de que cada uno que intentaba hacerles frente, empezaba su camino hacia la muerte. Éste fue también el caso de Pavel Wonka”.

Wonka murió el 26 de abril de 1988 en la cárcel de la ciudad de Hradec Králové, seis días después de su última detención. Le llevaron al Tribunal en una silla de ruedas y Wonka solo era capaz de susurrar. En 1989 Pavel Wonka fue rehabilitado, pero ni su familia ni los que sufrieron las prisiones comunistas se sienten satisfechos con la actitud de las autoridades que no han esclarecido la muerte del último disidente anticomunista.

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