Los niños judíos que salvó Winton, en la isla praguense de Kampa
Con motivo del 105 cumpleaños de Nicholas Winton, se ha inaugurado en la isla de Kampa, en Praga, una exposición fotográfica al aire libre sobre los niños judíos checos que este ciudadano británico consiguió salvar del Holocausto.
Con motivo del aniversario se inauguró en la isla de Kampa, en Praga, la exposición al aire libre ‘Los Trenes de Winton’ (‘Wintonovy vlaky’), que recogen en forma de fotografías históricas y contemporáneas la vida de buena parte de los llamados “niños de Winton”.
La muestra, que ya se realizó en 2011 en Praga y Londres, incluye ahora una actualización importante, según explica su organizador, el fotógrafo Jaroslav Brabec.“Había un hombre que yo intuía que existía, pero su vida había sido un poco más complicada de lo que parecía a primera vista. Nos encontramos personalmente poco después de la primera exposición. Nos vimos, hablamos, le hice fotos, así que conozco su compleja historia personal. Así que ahora teníamos la oportunidad de completar y actualizar la exposición. Por desgracia algunas personas que aparecen no han vivido lo suficiente para ver la exposición, por ejemplo este hombre del que hablo ya ha fallecido”.
El público podrá descubrir también la historia del mismo Nicholas Winton, el joven corredor de bolsa de familia acomodada que, en vista de los acontecimientos, movió cielo y tierra para salvar el máximo número de vidas posible, prosigue Brabec.
“Una cosa que se suele olvidar es que él, en diciembre de 1938, en lugar de esquiar en los Alpes, donde estaba de vacaciones, fue al Protectorado de Bohemia y Moravia, vio la situación, y lo que estaba pasando, y en nueve meses, junto con algunos amigos y su madre, fundó una organización y creó las condiciones para que se marcharan del país varios cientos de niños. Inglaterra era todavía un estado no enemigo. Consiguió encontrar para ellos hogar, escuela, a veces trabajo, y lograron sobrevivir a la guerra”.Ningún país se quería hacer cargo de refugiados judíos checoslovacos, solo Suecia aceptó recibir a un pequeño grupo. El gobierno británico finalmente consintió pero con las siguientes condiciones: tenían que ser menores de 18 años, tenían que contar con una familia de acogida y debían pagar 50 libras. Winton organizó una campaña y, antes de que se declarase la Segunda Guerra Mundial, consiguió encontrar hogar y dinero para salvar la vida a 669 menores, que fueron trasladados a Londres en un total de siete convoyes.
El octavo tren nunca llegó a su destino. El día de su partida, el 1 de septiembre de 1939, la Alemania nazi invadió Polonia y los 250 niños que debían haber viajado a Gran Bretaña desaparecieron sin dejar rastro.Toda esta historia permaneció olvidada hasta 1988, cuando la esposa de Witon encontró documentación relativa el salvamento, que su marido había ocultado, y la hizo pública.