“El EI no son los diablos que quieren que creamos que son”
El británico Jamie Read luchó el año pasado del lado kurdo contra el Estado Islámico en Siria e Irak. El entrenamiento de este voluntario no se realizó sin embargo en Gran Bretaña sino en la República Checa, en un centro especial de formación de combatientes.
La instrucción militar fue organizada por una agrupación de ex soldados británicos que actualmente ejercen como mercenarios y realizada en la República Checa, debido a la imposibilidad legal de llevar a cabo algo así en su país natal. Del adiestramiento se encargó la empresa privada de Jiří Němec, un antiguo militar de élite checo para operaciones especiales.
Después de pagar varios miles de euros, Jamie Read entrenó con Němec tres semanas, sobre todo con armas cortas, manejo de Kalashnikov y situaciones de combate cerrado, habilidades que como soldado común de infantería no había adquirido en el ejército británico.Němec subraya que aun así su agencia no se especializa únicamente en la formación de combatientes para conflictos armados.
“No entrenamos de forma primaria voluntarios para el conflicto en Siria e Irak. Se trata de gente que planea trabajar después para agencias de seguridad, a veces en regiones de riesgo”.
Tras casi un año en la zona del conflicto y un mes en primera línea de fuego, Jamie Read pudo aprovechar con éxito la instrucción recibida y además volver con información valiosa sobre la naturaleza del conflicto y la forma de luchar de las tropas del Estado Islámico.“El IS tiene algunos combatientes muy duros, pero en general no son tan fuertes. No son los diablos que quieren que creamos que son. En cuanto al conflicto, en Irak es más bien una guerra de guerrillas, mientras que en Siria la guerra es convencional. Existe un frente, una tierra de nadie, nuestras bases y sus bases”.
Otro voluntario formado en la agencia de Jiří Němec, el estadounidense Buck Clay, constata además la crudeza de la guerra civil.
“Los soldados del EI no siguen ninguna regla, por la noche se retiran y duermen en mezquitas o en escuelas, o en hospitales, o se fortifican en hospitales, y los convierten así en objetivos militares”, criticó.El número de occidentales luchando voluntariamente en las milicias kurdas no se conoce exactamente, ya que no hay estadísticas oficiales. En el otro lado del conflicto sirven al Estado Islámico unos 5.000 voluntarios de Europa y Estados Unidos, según la Europol.