El uro resucita y regresa a los prados checos
Después de varios siglos el uro, un bóvido salvaje europeo, volverá a pastar en los prados checos, o al menos lo hará en forma de una recreación genética que se supone cercana a la especie original. Una manada de uros modernos ayudará a recuperar las estepas de Milovice.
La manada, formada por un toro y cinco vacas, fue recluida en un primer momento en un corral, donde permanecieron hasta que se aclimataron al nuevo clima y vegetación. Solo entonces fueron puestos en libertad en el recinto de Milovice, de 40 hectáreas.
“Escogimos los uros para Milovice porque deseamos proteger una serie de extensos prados muy ricos biológicamente. Para ello en primer lugar trajimos caballos salvajes, pero estos se especializan solo en pastar hierba e ignoran otros vegetales. Así que para que el entorno no cambie demasiado hemos traído uros, que además ingieren otras especies, como zarzamoras por ejemplo, que los caballos desdeñan”.
Los uros son los bóvidos salvajes de los que descienden las vacas actuales, y en su momento el hábitat de la especie europea se extendía desde las islas británicas hasta China. A partir del siglo XIII su número empezó a decrecer hasta que en el siglo XV solo pervivían en Polonia, donde su caza pasó a ser privilegio real. En 1627 murió el último ejemplar, una hembra, en Jaktorów.
Así pues, más que por sí mismos, el valor de su presencia es que cumplan el nicho ecológico y las funciones de un bóvido salvaje, de hecho se utiliza ya con este propósito en Portugal, Croacia y Países Bajos. Después de los uros llegarán a las estepas de Milovice bisontes europeos.
