Snaha, Prestige, Botas, las nuevas caras del calzado checo
A las zapaterías de todo el mundo están volviendo las marcas checas. Snaha, Prestige o Botas son solo tres de las 35 empresas de calzado de más de 20 empleados que operan en el país. Solo el año pasado se produjeron en la República Checa cuatro millones de pares.
Por su parte, la marca Botas, utilizada por el legendario atleta checo Emil Zátopek, se halla en el mercado más de 60 años. Si bien es cierto que en su momento llegó a producir dos millones de pares, y que ahora su importancia es mucho menor, con solo varias decenas de miles de zapatos al año, la empresa se ha especializado y se centra ahora en calzado deportivo y de diseño.
Sus productos son conocidos sobre todo por su juego con los colores y con los nombres de las zapatillas. Por ejemplo, el modelo Forever Second está destinado a todo aquel que nunca ha conseguido quedar primero en una competición.
Por su parte, Prestige, aunque sus zapatos tienen el mismo aspecto que los de hace 30 años, la producción es distinta. La fábrica fue adquirida hace 11 años por la compañía Moleda, que modernizó la maquinaria y las formas de trabajo sin alterar la forma final del producto básico, que abarca desde botas para motociclismo a sandalias.
Una de las características más llamativas de Prestige es la capacidad de realizar zapatos a medida encargados por el cliente, que decide la talla, el color, el estampado y hasta el diseño.