Las tiendas de los centros urbanos cierran por la competencia de los centros comerciales
El pequeño comercio vive en la República Checa una época de crisis. Las tiendas cierran en los centros urbanos y en los pueblos debido sobre todo a la competencia de los centros comerciales. Los ayuntamientos desarrollan nuevas estrategias para devolver las tiendas a los municipios.
“Desde que abrí la tienda hasta ahora los ingresos han ido bajando hasta el 40 o 30% de los originales”.
Ante esta situación el Ayuntamiento de Hradec Králové ha decidido recudir el alquiler de los espacios comerciales de su propiedad en un 60%. La medida está teniendo éxito, como testimonia Jitka Vognarová, dueña de un salón de vestidos de novia que ha decidido ahora trasladarse al centro de la ciudad.“El precio original nos parecía relativamente alto, así que ahora después de que lo bajaran y hemos decidido aprovechar la oferta del Ayuntamiento”.
A la competencia de los centros comerciales y las grandes superficies se une el cuidado que puedan tener o no las alcaldías con los centros históricos. En Ostrava, por ejemplo, una queja constante del pequeño comercio es la falta de vida y actividades públicas de esta zona de la ciudad.
También en este caso el Consistorio tiene planes para invertir la tendencia, comenta el alcalde de Ostrava, Tomáš Macura.“Ya hemos restaurado algunas calles y algunas localidades. Y hay abiertos concursos arquitectónicos”.
El tiempo dirá si los proyectos de desarrollo del Ayuntamiento de Ostrava logran contrarrestar el atractivo de la segunda fase del espacio comercial Nová Karolína, que ahora acoge a muchas de las tiendas que antes estaban en el centro, y que tras las obras será aún más grande.
Centros y pueblos pierden población
A la competencia de los centros comerciales hay que sumar otra tendencia: el despoblamiento de los centros urbanos y de los pueblos pequeños. El casco histórico de Praga, quizás el caso más extremo, cuenta con una población de apenas 30.000 personas, un 50% menos que en los años 90. Los comercios tradicionales se han visto sustituidos por tiendas para turistas, que no ofrecen nada al vecino común.La población en Chequia se va acumulando en las periferias de las grandes ciudades, y precisamente los municipios que crecen en habitantes son aquellos cercanos a urbes como Praga.
Los pueblos más pequeños, a su vez, también pierden residentes. Se considera que 2.500 poblaciones checas están en la categoría de bajo nivel de desarrollo: ofrecen pocos puestos de trabajo, baja el número de trabajadores autónomos y de tiendas.
La solución para los comercios rurales puede venir por dos lados: por una parte mediante ayuda institucional, con la concesión de créditos baratos o descuentos fiscales a los comercios de los pueblos pequeños. Por otra mediante la iniciativa de los afectados: ofreciendo más tipos de artículos, abriendo más tiempo o colaborando con otras empresas de mayor tamaño.En total, debido a uno u otro fenómeno, en 2016 cerró el 1,6% de los pequeños comercios checos de alimentación y productos mixtos, es decir, unos 400, según datos de la agencia Nielsen.