Dos checos condenados por terrorismo en Turquía
Los dos checos acusados de terrorismo en Turquía por colaborar con la milicia kurda YPG han sido condenados a seis años de prisión. Su abogado recurrirá la sentencia. Los checos no podrán cumplir su pena en Chequia, ya que para ello Praga tendría que considerar al YPG como organización terrorista.
Farkas y Všelichová aseguran que su propósito era humanitario y su intención era asistir en la construcción de un hospital de campaña. Los condenados nunca han ocultado sus vínculos con el YPG y en sus perfiles en las redes sociales aparece abundante documentación de su colaboración con la causa kurda.
El caso ha sido seguido por la diplomacia checa, que ha tratado de ayudar a sus ciudadanos en la medida de lo posible. El ministro de Relaciones Exteriores, Lubomír Zaorálek, se esforzará por que Všelichová y Farkas puedan apelar la sentencia en condiciones de transparencia, aseguró.
“La sentencia es para mí una gran decepción. En los próximos días voy a llamar al ministro Mevlüt Çavusoglu y le voy a pedir una gestión correcta de la apelación. Hay que concentrarse ahora en que la sentencia se pueda recurrir como debe ser. Creo que hay todavía una oportunidad de cancelar este resultado“.Durante meses se especuló con la posibilidad de que los acusados cumplieran la pena en la República Checa, algo que en teoría posibilita un acuerdo internacional firmado entre Chequia y Turquía. Sin embargo esta posibilidad ha quedado desechada. El ministro Zaorálek explica las razones.
“Sería algo complicado porque va contra la Constitución. Es difícil que alguien esté en prisión en nuestro país por algo que no es considerado delito. Nosotros no consideramos el YPG como organización terrorista y por tanto en Chequia nadie puede ir a la cárcel por colaborar con ellos. El camino sería, como digo, advertir al ministro de Exteriores turco que el caso es muy seguido en nuestro país y que puede tener consecuencias en las relaciones checo-turcas”.
Precisamente las relaciones entre Praga y Ankara no se encuentran en su mejor momento. Recientemente el parlamento checo condenó el genocidio armenio cometido por Turquía, pronunciándose al respecto también el presidente Miloš Zeman, lo que el gobierno turco consideró como una ofensa.
Al mismo tiempo la Unión Europea y sus aliados dan apoyo logístico a los kurdos de Siria e Irak, que luchan activamente contra el Estado Islámico, pero que el gobierno de Recep Tayyip Erdoğan considera terroristas. Turquía cuenta con una gran minoría kurda con tendencias separatistas y teme la formación de un estado kurdo independiente en la zona.