Terroristas internacionales en la Praga comunista
En los años 70 y 80, Praga se convirtió en la base de algunos famosos terroristas, como es el caso de Carlos „el Chacal“.
Sobre este tema, en concreto de la relación de Carlos „el Chacal“ con Checoslovaquia, tenemos las declaraciones de la investigadora eslovaca Daniela Richterová, que actualmente trabaja en la Universidad de Warwick y que este año ha publicado una investigación donde habla de este mismo tema. Ella nos explica la idoneidad de Praga para los objetivos de estos terroristas.
„Lo primero fue que la localización geográfica era perfecta, porque la mayoría de sus objetivos estaban en Europa Occidental, ya fuese en Alemania Occidental, Holanda o Francia. Así que el estar en el corazón de Europa, al mismo tiempo que protegidos por el Telón de Acero, lo hacía un gran lugar para los miembros de estos grupos para encontrarse y mantener reuniones entre ellos o con otros socios“.
Además, al ser Praga una ciudad más cosmopolita que otras de las que se encontraban tras el Telón de Acero –por ejemplo, algunas organizaciones internacionales tenían su sede allí-, era más fácil para estos extranjeros integrarse. Pero existe algo que no está del todo claro, y es hasta qué punto los gobiernos Occidentales tenían conocimiento de estos hechos. Como nos cuenta Richterová, es un tema sobre el que no hay demasiada información, aunque consiguió entrevistar a algunas personas relacionadas con la detención de Carlos „el Chacal“.„El problema aquí es que nuestro acceso a los documentos de la Inteligencia Occidental de los años 70 y 80 no es tan bueno como a los del Este. Pero he tratado el tema con varias personas que he entrevistado, algunas de las cuales ayudaron en la captura y puesta en prisión de Carlos. Hasta donde sé por esas entrevistas, no estoy al tanto de que hubiera alguna operación o intento de secuestrar o asesinar a Carlos tras el Telón de Acero, pero había cierto conocimiento de que esos hombres estaban ahí“.
En aquellos tiempos, los servicios secretos checoslovacos y la Stasi alemana llegaron a pensar que el grupo en torno a Carlos „el Chacal“ podría tener unos 100 integrantes. Sin embargo, con la información actual se sabe que su grupo era más como una familia y que tenía 4 o 5 miembros. Para ciertas operaciones, podía recibir ayuda de algunos colaboradores y entonces este número podía duplicarse. Según la StB, este grupo llegó a reunirse en Praga con representantes de la RAF alemana, la irlandesa IRA o la banda española ETA. Probablemente debido al tráfico de armas, nos dice Richterová.
„Praga era un buen lugar, ya fuese con grupos de Oriente Medio o con algunos de sus socios europeos, para quedar, discutir y quizás planear algunas operaciones conjuntas. No tenemos la transcripción exacta de estos encuentros, pero tenemos algunos fragmentos de esas conversaciones que sugieren que el comercio y la distribución de armas se discutía entre los representantes de estos diferentes grupos“.Otro punto interesante en la investigación publicada por Daniela Richterová es la inquietud que provocaba en las autoridades checoslovacas la presencia de terroristas tan importantes en su territorio. El nombre de su investigación, El anfitrión inquieto, hace referencia a este hecho del que ella misma nos cuenta más.
„He llamado a Checoslovaquia anfitrión inquieto por varias razones, en lo que se refiere a Abu Daoud y Carlos. En primer lugar, hasta donde he visto, nunca fueron invitados a Checoslovaquia. Venían siempre con un nombre falso y normalmente con un pasaporte diplomático. Estaban quedando con traficantes de armas de Oriente Medio, representantes de servicios secretos de Oriente Medio en Praga, siempre bajo cobertura diplomática. Así que, Checoslovaquia no sabía realmente de qué eran capaces estos tipos“.
Era evidente que estados tan disciplinados, como Checoslovaquia y otros países tras el Telón de Acero, no se sentían cómodos con la presencia de este tipo de individuos que, por añadido, eran conocidos por su carácter violento y por su pasión por las fiestas. Richterová nos explica que hay informes sobre Carlos „el Chacal“ corriendo con un revólver en la mano por el Hotel Intercontinental. Pero finalmente, las autoridades de Checoslovaquia consiguieron deshacerse de Carlos en junio de 1986, aunque para ello tuvieron que recurrir a engaños, nos dice Richterová.„El principio básico era que ellos no querían sentarlo y decirle: no eres bienvenido en el Bloque del Este. Temían represalias porque sabían que Carlos y su grupo eran impredecibles y se sabía que eran violentos. Así que el engaño fue enviar a uno de los hombres de la StB a la habitación de Carlos en el Hotel Intercontinental y decirle que tenía que irse, que era peligroso para él estar en territorio checoslovaco porque los franceses lo habían encontrado“.
Tras este encuentro, Carlos hizo las maletas y se dirigió al aeropuerto de Praga, a donde ya nunca volvería. Los comandos franceses eran conocidos por matar a sus adversarios en el extranjero y estaban buscando a Carlos por unos atentados cometidos en Francia.El estudio de estos hechos, afirma Richterová, nos enseña más sobre el funcionamiento del Bloque del Este, ya que nos demuestra que el apoyo de estos países a ciertos grupos violentos que se proclamaban marxistas no era siempre el mismo en cada lugar, y que no todos obedecían al unísono a Moscú, como los académicos pensaban hasta ahora. Pues incluso algunos gobiernos no se sentían cómodos tratando con los elementos más radicales.