Los bebés gigantes de Praga se retiran temporalmente
Tras años de acostumbrarse a los bebés gigantes que caracterizan a la Torre de Televisión de Žižkov los capitalinos verán ahora su ciudad sin éstos.
La torre de índole funcional, ya que es la transmisora de televisión, generó al momento de su construcción no poca polémica, pues su estética de high-tech o alta tecnología discuerda con el distrito histórico donde se emplaza, Žižkov, y probablemente con toda la ciudad.
Ahora, sin los bebés gateando en contra de la gravedad sobre la torre, los capitalinos naturalmente reflexionan sobre el conjunto arquitectónico. Para el gerente de la transmisora, Michal Zelenka, los bebés son ya inherentes a ésta.
"Me parece que la humanizó. Se ve mejor y no se ve tan solo como una obra común y gris. A mí me gustaba la torre incluso sin los bebés, pero éstos le dan un toque especial".Para el señor Bedřich, por ejemplo, esto es el paisaje que admira cada día cuando pasea a su perro por los alrededores.
"Yo vivo aquí desde los tiempos cuando esto era un campo de juego, aquí no había nada. No sé, en general está en buen estado aunque se podría barnizar, está un poco arremendada", comenta Bedřich.
Su creador David Černý afirma que no es visible su estado real y que probablemente el viento habrá cambiado hasta cierto punto su aspecto original.
Entre el programa de mantenimiento de "Bebés", el nombre oficial de la obra, está previsto un barnizado y probablemente en el procedimiento de enganche a la torre se utilicen otros componentes más modernos.Retirar a los bebés de 120 kilos cada uno, requiere de trabajadores que no sufran en absoluto de vértigo, pues estos se hallarán en la estructura más alta de Praga de un total de 216m. Nos comenta el especialista en trabajos en altura, Michal Flohr.
"Lo complicado en toda la logística es no enmarañar nada ni mover nada demasiado y bajarlos cuidadosamente, pero eso es básicamente un asunto de pura mecánica".
Agrega que ocho hombres se encargan de la labor que, por cierto, no implica riesgos, pues afirma que hay superficies de trabajo mucho más peligrosas.
La torre fue construida entre los años 1985 y 1992 y los bebés de Černý se le anexaron en el año 2000, cuando Praga fue nombrada la Ciudad Europea de la Cultura. Su puesta allí iba a ser algo temporal en el marco de dicho evento, pero al final las esculturas se hallaron cómodamente posadas sobre la torre, como para quedarse y decorarla aun más tiempo.Tanto los bebés como la torre han tenido entre los capitalinos sus adversarios de gusto tradicional y conservador, como Vladimíra, quien mora en Žižkov.
"Yo diría que es cuestión de costumbre, a la que uno se habituó; para los niños es interesante porque contamos las figuras. Sin embargo, para mí es una atracción más que todo turística, la verdad que sí".
Ciertamente, la torre es un atractivo turístico, pero es, con todo y las opiniones encontradas, un emblema rebelde de la capital checa que con altivez contraresta su solemnidad caraterística.