El virtuoso de violín checo, Ferdinand Laub, fue amigo de P.I.Tchaikovski
El fenomenal violinista checo, Ferdinand Laub, fue después de mediados del siglo 19 una de las más notables personalidades artísticas del viejo continente. El mágico y cristalino sonido de su violín hechizó a los compositores Franz Liszt, Federico Smetana y Piotr Ilich Tchaikovski. Viena, Londres, Berlín y otras metrópolis europeas fueron escenarios del triunfo del virtuoso checo. Sin embargo, una grave dolencia truncó su vida a los 43 años.
Ferdinand Laub nació en 1832 en Praga como hijo de un violinista y profesor de música de escasos recursos. El padre, dándose pronto cuenta de la extraordinaria vocación musical del muchacho, enseñaba a Ferdinand Laub a partir de los cuatro años a tocar el violín. Cuando el pequeño tenía seis años, el padre lo llevaba a actuar a los cafés donde lo presentaba ante el público como un niño prodigio.
La suerte del muchacho fue que a los diez años se encargó de su formación musical el destacado violinista de la orquesta del Teatro de los Estamentos y después profesor del Conservatorio de Praga, Moric Mildner. El pedagogo desarrolló durante cuatro años las dotes geniales de Ferdinand Laub de tal modo que a los 14 años el muchacho asombró con su actuación a los compositores Héctor Berlioz y Franz Liszt que asistieron en Praga a su concierto. Berlioz invitó a Ferdinand Laub a París.
Entre los documentos del Conservatorio de Praga se halla la siguiente evaluación de Ferdinand Laub, redactada por sus profesores cuando a los 14 años concluía sus estudios:
"Sin temor es posible calificarle como un genio de primera orden en su instrumento. Un profundo sentimiento, una singular y poética interpretación y una brillante técnica distinguen su ejecución. Su nombre sonará en toda Europa".
El vaticinio de los profesores del Conservatorio de Praga se cumpliría del todo. Durante los siguientes 28 años - el destino no le daría más tiempo debido a su precaria salud - Ferdinand Laub hechizaría con su mágico violín a los melómanos de prácticamente toda Europa.
En 1851, en el concurso convocado en la primera Exposición Mundial en Londres, Laub obtuvo el título del mejor virtuoso de violín en el mundo.
El violinista checo actuó en la Ópera de la corte de Berlín, realizó giras por Dinamarca, Inglaterra, Noruega y Suiza. En la ciudad sueca de Gotemburgo se encontró en 1860 con el compositor Federico Smetana y juntos dieron dos conciertos. Durante tres años Laub fue en Viena virtuoso de la corte imperial.
Al ser fundado en 1866 el Conservatorio de Moscú, Ferdinand Laub fue invitado a ser su primer profesor de violín. Actuó en Moscú también como primer violín del cuarteto de la Sociedad Musical Rusa. El violinista checo entabló una entrañable amistad con el compositor ruso Piotr Ilich Tchaikovski, gran admirador de su arte. Impresionado por la maestría de Ferdinand Laub, Tchaikovski compuso sus célebres cuartetos en Re mayor y Fa mayor.
Después de ocho años de una ingente labor artística y pedagógica en Moscú y dando simultáneamente conciertos por toda Europa, una grave dolencia de hígado obligó a Ferdinand Laub a buscar el tratamiento en el balneario checo de Karlovy Vary. Los médicos le aconsejaron seguir tratándose en Merano, Italia, pero el artista falleció en el camino, en marzo de 1875, a la edad de 43 años cuando estaba en la cúspide de su carrera artística.
Conmocionado por la prematura muerte de su amigo, el compositor Piotr Ilich Tchaikovski dedicó a la memoria de Ferdinand Laub el tercer cuarteto para cuerdas, una de las más bellas composiciones de cámara. Es el más sentido y hermoso homenaje a la grandeza del virtuoso checo.