"Decretos de Benes" provocan crisis dentro del Grupo de Visegrado
Los Decretos de Benes se convierten en foco de discordias entre los países del Grupo de Visegrado, integrado por la República Checa, Eslovaquia, Polonia y Hungría. La crisis fue desatada por el Primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quien el pasado miércoles calificó en el Parlamento Europeo los Decretos de contradictorios a las leyes comunitarias. En reacción a sus declaraciones, los jefes de los gobiernos de la República Checa, Eslovaquia y Polonia se negaron a participar en la cumbre del Grupo de Visegrado, planeada para el 1 de marzo.
El Primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, insiste en su crítica de los Decretos de Benes, a base de los cuales fue expulsada después de la Segunda Guerra Mundial de la entonces Checoslovaquia la minoría alemana y húngara. El pasado sábado declaró que los Decretos representan un problema europeo, expresando su convicción de que estos remanentes jurídicos de una mala época histórica se extinguirán en cuanto Europa se integre en la unión.
El viceministro del Gobierno checo, Vladimir Spidla, opina que las posturas discordantes frente a los Decretos de Benes pueden desprenderse también del hecho de que Hungría era durante la Segunda Guerra Mundial aliada de la Alemania nazi, mientras que los tres restantes países del Grupo eran sus víctimas. Está convencido, no obstante, de que la situación no pasará a mayores y no amenazará en el futuro la colaboración entre los cuatro países.
La denominada "disputa por el pasado" fue desencadenada en el peor momento posible. Los cuatro países centroeuropeos no son capaces de llegar a un acuerdo acerca de una postura común frente a la Unión Europea y su proyecto de financiación de la ampliación, considerado por éstos injusto.