El Partido Cívico Democrático conmemora su décimo aniversario
Hace diez años fue fundado el conservador Partido Cívico Democrático, encabezado por Václav Klaus, uno de los dirigentes más visibles en el escenario político checo. Los politólogos coinciden en que este partido ha sido el principal soporte en la edificación del capitalismo y de la democracia parlamentaria en la República Checa.
La fundación del Partido Cívico Democrático en 1991 esclareció el confuso escenario político checo dominado por el revolucionario y poco definido Foro Cívico, en el que coexistían plataformas contradictorias que rechazaban el sistema de partidos políticos y trataban de buscar una tercera vía entre el comunismo y el capitalismo.
Fue Václav Klaus quien dijo en voz alta que si la República Checa quisiera igualar a los países de Europa Occidental, tendría que apretarse el cinturón, someterse a una radical reforma económica y edificar un sistema parlamentario estándar. Klaus fue el gestor de la partición de Checoslovaquia, al ver que de parte de la nación eslovaca no había voluntad de permanecer en un Estado común.
En los comicios parlamentarios de 1992 el partido de Klaus obtuvo el 33% de los votos. El Partido Cívico Democrático alcanzó la cumbre y -como bien se sabe- tras llegar a la cumbre, la única alternativa es el descenso. En el otono de 1997, después de una serie de escándalos referentes a su financiación, el partido se escindió y se descompuso la coalición gubernamental integrada por el mismo.
Pese a esto, el Partido Cívico Democrático ocupó la segunda posición tras la Socialdemocracia en las legislativas de junio de 1998. Ese mismo año las dos formaciones mayoritarias firmaron el Pacto de Estabilidad Política que hasta los próximos comicios en 2002 asegura la gobernabilidad a la Socialdemocracia y convierte al oposicionista Partido Cívico Democrático en su aliado tácito.