Trabajadores del sector energético amenazan cortar el suministro de electricidad
Los trabajadores del sector energético de la República Checa continúan en alerta de huelga también tras la sesión del Consejo Tripartito, celebrada ayer martes. Según dijera el presidente de la Unión sindical del sector energético, el Gobierno, la patronal y los sindicatos no llegaron a acuerdo sobre ninguno de los temas relativos al destino de los trabajadores que serán despedidos tras la privatización del sector. En caso de que el Gobierno no ofrezca condiciones sociales aceptables para los trabajadores a ser despedidos, las plantillas de las centrales eléctricas cortarán el suministro de electricidad.
Los sindicalistas afirmaron que los primeros que verían cortado el suministro de electricidad serían el Ministerio de Industria y Comercio y las bolsas de trabajo, dos instituciones de las cuales dependerá el destino de los trabajadores despedidos después de que se privatice la semiestatal Compañía Eléctrica Checa, se liberalice el mercado de energías y se ponga en funcionamiento la central electronuclear de Temelín.
Los sindicatos estiman que la privatización del sector energético y la apertura del mercado de energías -que permitirá importar mayor cantidad de electricidad del extranjero-, podría lanzar al desempleo al 60 por ciento de los trabajadores del sector, es decir, unas 15 mil personas. Ellos engrosarían el ejército de los desempleados precisamente en las comarcas más golpeadas por el paro. La Compañía Eléctrica Checa ya anunció que cerraría tres centrales termoeléctricas. Cuando entre en funcionamiento la planta electronuclear de Temelín, podría aumentar más aún el número de las centrales a cerrar.
De cara a estas sombrías perspectivas, los trabajadores piden al Gobierno garantías sociales, incluído el pago a cada uno de los despedidos de una indemnización equivalente al total de los salarios de dos años, es decir, unos 12 mil dólares. Demandan también que el Estado asigne una parte de la suma que proporcionará la privatización a programas de recualificación de los trabajadores despedidos.
Entretanto, los analistas opinan que de aceptar las reivindicaciones de los sindicatos del sector energético, el Estado Checo perderá sumas multimillonarias en la privatización de la semiestatal Compañía Eléctrica Checa. Según los expertos, las reivindicaciones de los trabajadores podrían hundir el precio de esta compañía.