Estudiantes debatieron en Praga sobre el papel de la educación en la defensa de los DD.HH.
El papel de la educación en la defensa de los derechos humanos, fue el tema de la cuarta edición del Foro Estudiantil que concluyó este fin de semana en Praga. A la conferencia, auspiciada por el presidente de la República, Václav Havel, asistieron sesenta estudiantes de 55 países; entre ellos un nutrido grupo de Latinoamérica.
Los participantes coincidieron en que la educación es el instrumento primordial para la difusión de los derechos humanos. Manuel Mireles, de Venezuela, planteó la pregunta de cómo educar a la gente cuando en muchos países la propia educación no la tiene como derecho humano:
"En mi país, por ejemplo, se habla de los derechos humanos pero hay mucha gente que tiene hambre. Y prefiere comer antes de hablar de los derechos humanos. Entonces, hay necesidades básicas, políticas, sociales, económicas, educativas, que hay que cubrir antes de seguir hablando de derechos humanos. Hay que incorporar estos temas y ponerlos en el tapete".
Los delegados debatieron también sobre la posibilidad de promover una nueva cultura de derechos humanos común para todas las naciones y que sirva de guía en el mundo que se está globalizando. Las opiniones de si es real lograr algo semejante, difirieron bastante. Mientras que Vanessa Cogorno, de Perú, sostuvo:
"Yo pienso que sí que es real, sobre todo tomando en cuenta que un país es subdesarrollado como es en el caso de Perú. Pero tiene que lograrse con la ayuda de todos. El nuevo paradigma de la educación global de los derechos humanos debe tomarse como un marco de referencia, un marco de inspiración, y que cada nación, cada pueblo, cada cultura, aplique o se inspire en ese marco para construir, digamos, una lista, por llamarlo así, una lista de derechos que sean aplicables a su realidad".
"Por lo que he visto en las discusiones entre países occidentales, orientales, de Africa, con diferentes influencias religiosas, se hace bastante difícil. ¿Por qué? Como que chocan dos grandes centros que son la diversidad y la independencia cultural y la autodeterminación de cada uno, por un lado, y el deseo de la creación de una comunidad global en la cual se pueda compartir una dignidad común, por otro lado. Los pasos para construirlo están por medio de la creación de consensos, a través del diálogo, dentro de un ámbito de tolerancia y diversidad. Es decir, dentro de la democracia. Es muy difícil porque tampoco existen completas y reales democracias en prácticamente todo el mundo, y eso es una limitante muy grande".