Reloj astronómico de Praga 600 años funcionando
Mantenimiento de uno de los monumentos más bellos de la capital checa: el reloj astronómico, instalado en el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja de Praga.
Según la leyenda del escritor Alois Jirásek sobre el maestro Hanus, el original mecanismo del reloj astronómico del Ayuntamiento de la Ciudad Vieja de Praga habría sido construido en 1490. Los ediles cegaron después al maestro Hanus para que no pudiera construir una réplica del prodigioso reloj. Hanus se vengó:introdujo una mano en el mecanismo y éste se detuvo.
Sin embargo,los historiadores demostraron que el reloj astronómico de Praga había sido construído por Nicolás de Kadan a principios del siglo 15.
Ahora cuida del delicado mecanismo del reloj astronómico Otakar Zámecník. En los 600 años de la historia del reloj es el décimo sexto relojero encargado de mantenerlo en marcha. Por el más antiguo reloj astronómico del mundo todavía en funcionamiento vela con la solicitud de un médico desde hace ya veinte años.
El mecánico encargado de cuidar del reloj astronómico de Praga debe dominar muchos oficios para ser capaz de confeccionar las piezas requeridas. Ota Zámecník lo ha aprendido de su antecesor Josef Valásek de la firma Hainz que está estrechamente relacionada con el reloj astronómico de Praga.
Cuando el reloj se detuvo en 1865 y parecía que sus días habían terminado, el relojero capitalino Ludvík Hainz logró reparar el complicado mecanismo y el ayuntamiento le encargó el cuidado del reloj.
Un incendio provocado por un bombardeo al término de la Segunda Guerra Mundial,en 1945, estuvo a punto de destrozar casi todo el reloj astronómico de Praga.Otakar Zámecník recuerda que su maestro en el oficio, Josef Valásek, rescató de los escombros y cenizas las piezas del reloj que resultaron retorcidas y en parte fundidas.
Otakar necesitó cinco años para penetrar en los todos los secretos del delicado mecanismo. Hoy podría repararlo con los ojos vendados.Su oportunidad llegó durante la reparación general del reloj astronómico en 1994. Sobre el mecanismo del reloj no existe documentación técnica.Tras la restauración de las piezas,los relojeros tuvieron que ensamblarlas basándose en su memoria.
El 75 por ciento de las piezas del reloj astronómico de Praga son originales.Otakar Zámecník dice que se quita el sombrero ante la destreza de los artesanos del siglo 15 que confeccionaron piezas tan complicadas disponiendo apenas de un martillo y un cincel. Para que el mecanismo medieval del reloj siga funcionando, el relojero lo limpia por lo menos una vez a la semana. En los últimos años en Praga hay tanto polvo que si no se limpiara el mecanismo con regularidad, el reloj se pararía a los dos meses.
Cuando da la hora, en el reloj de la Ciudad Vieja de Praga empiezan a desfilar los apóstoles.Primero san Pedro con una llave dorada y como último san Pablo con una espada y un libro.Lo hacen 12 veces al día. Entre las 9 de la noche y las 9 de la mañana no salen. El relojero les aprieta regularmente el tornillo situado en la nuca para que no se les caiga la auréola. De vez en cuando debe lavarlos.
Otakar Zámecník recuerda que en 1987 se rompió el hilo metálico que regula el movimiento de los apóstoles.Éstos desfilaban sin cesar y la figurita de la Muerte tiraba ininterrumpidamente de la cuerda de la campanilla que toca a difuntos.
El relojero fue llamado a toda prisa para acabar con este desbarajuste. Recuerda que la gente se reía, comentando que el toque a difuntos era para los comunistas que en ese momento celebraban en Praga su congreso.El régimen comunista cayó dos años después.
La originalidad del reloj astronómico de Praga estriba en su complicada esfera astronómica que indica la posición y el movimiento de los cuerpos celestes en relación a Praga. Es también el único del mundo capaz de medir la hora babilónica, importante para la magia y la alquimia.El día babilónico abarca el período de tiempo que va de la salida a la puesta del Sol. Ello significa que en verano la hora babilónica es más corta que en invierno.El reloj astronómico de Praga sabe medirlo.
Según Otakar Zámecník, esta joya de la relojería medieval siempre corre peligro cuando los checos festejan algo en la contigua Plaza de la Ciudad Vieja.Cuando la selección de hockey sobre hielo trajo la medalla de oro de Nagano, un joven se colgó de la esfera lateral y rompió una costosa placa cerámica.
En otra oportunidad, un muchacho ebrio se agarró de una de las manecillas del reloj astronómico y tuvieron que bajarlo los bomberos.Y tras los tempestuosos festejos de Noche Vieja Otakar Zámecnik suele recoger botellas de champán en la parte más alta de las esferas del reloj.
Sin embargo, lo que más preocupa al relojero Otakar Zámecník es el no tener todavía un sucesor dispuesto a cuidar con el mismo desvelo que él por el primoroso reloj astronómico de Praga.