Ciencia
Ciencia y tecnología: BSE
El riesgo de contagiarse con la variante humana de la encefalopatía espongiforme bovina que convierte el cerebro del hombre en una esponja, no proviene solamente del consumo de carne de res.
Los especialistas del Instituto Estatal para el control de los medicamentos, con sede en Praga, reconocen que una ola de preocupación se ha propagado hace tiempo también en la industria farmaceutica de toda Europa ya que el 80 por ciento de los fármacos contiene sustancias procedentes de los rumiantes.Por ejemplo, la gelatina, obtenida de los huesos de bovinos, se usa en la mayoría de las pastillas y cápsulas. El Instituto praguense ha constituído un equipo especial para el estudio de la problemática de la encefalopatía espongiforme bovina en la industria farmaceutica Sus integrantes afirman que muchos productores de medicamentos tratan de sustituir el material procedente de vacunos por sustancias provenientes de otras especies animales que suponen menos riesgo, y con materias primas vegetales o sintéticas. Sin embargo, ello resulta muy difícil y costoso.
La Unión Europea ha dividido los tejidos del vacuno en cuatro categorías según el riesgo que suponen para los humanos y advirtió a las compaòías farmaceuticas:
No usen el cerebro, la médula espinal, los ojos y las amígadalas de vacuno, y utilicen los demás tejidos sólo si es inevitable. La República Checa acata al respecto la directriz de la Unión Europea. En el mercado checo no puede aparecer ningún fármaco que contenga una sustancia procedente de los tejidos de vacuno de mayor riesgo. Las compaòías farmaceuticas checas suelen importar las sustancias de vacuno que usan en sus fármacos.Según el director de calidad de la empresa farmaceutica Léciva, Miroslav Janousek, ésta desde hace varios aòos exige a los proveedores un certificado en el que conste que utilizan una tecnología que minimiza el riesgo de contagio de la encefalopatía espongiforme bovina.
El único productor checo de fármacos que utiliza material procedente de los mataderos es SPOFA. Sin embargo, su principal producto es la insulina que se obtiene a partir del páncreas de cerdo. Hace mucho tiempo que la insulina dejó de extraerse del páncreas de vacuno.
Los expertos checos insisten en que el riesgo de contagio con la versión humana de la encefalopatía espongiforme bovina a través de un fármaco es insignificante.Pero el peligro no debe ser subestimado y nunca debe bajarse la guardia.