Misa ecuménica en la Montaña Blanca

En vísperas del 380 aniversario de la Batalla de la Montaña Blanca, librada en Praga, sacerdotes católicos y evangélicos celebraron ayer martes una misa ecuménica en señal de reconciliación.

El 8 de noviembre de 1620 las tropas de los estamentos protestantes checos libraron en la Montaña Blanca, en Praga, una encarnizada batalla con las unidades católicas de la Casa de Habsburgo. Los estamentos protestantes se habían levantado en 1618 contra la dinastía de los Habsburgo por haberse negado aquélla a respetar los principios de la tolerancia religiosa. La insurrección duró dos años y medio y terminó con la desastrosa derrota de las huestes protestantes por las tropas católicas imperiales. Tras la pérdida de la batalla por el bando protestante, en Chequia se desencadenó una violenta recatolización.

Según recordara ayer el presidente del Consejo Ecuménico de las Iglesias, Pavel Smetana, durante la misa de reconciliación en la Montaña Blanca, los sucesos posteriores al enfrentamiento armado provocaron profundos traumas a la nación checa. La población, desgarrada internamente, adoptó sólo formalmente la fe católica. A juicio de Smetana, las guerras sangrientas bajo el estandarte de Cristo tuvieron efectos devastadores sobre la nación checa.

El obispo católico Frantisek Radkovský dijo a la agencia de noticias CTK que encuentros similares de dignatarios eclesiásticos en la Montaña Blanca se celebrarían todos los años. La Montaña Blanca, símbolo de división, debe convertirse en símbolo de reconciliación entre protestantes y católicos.

El bando católico levantó en la Montaña Blanca un templo en señal de su victoria. El año pasado fueron sepultados en el mismo los restos mortales de 44 protestantes caídos en 1620 en la Batalla de la Montaña Blanca. El cardenal Miloslav Vlk declaró en esa oportunidad que la vía hacia la reconciliación de los cristianos checos había quedado despejada.