Ministro de Cultura ayuda a cicatrizar heridas entre checos y alemanes de los Sudetes
El ministro de Cultura de la República Checa, Daniel Herman, asistió al Congreso de los alemanes de los Sudetes celebrado el fin de semana en la ciudad de Núremberg. Su presencia fue calificada de hito histórico en el camino del acercamiento entre checos y alemanes.
Tras la derrota del comunismo en 1989, el presidente Václav Havel, dio los primeros pasos en este sentido, pero tuvieron que pasar 26 años desde la caída de la Cortina de Hierro, para hacerlo realidad, explicó el ministro Herman.
“La presencia de un miembro del Gobierno checo en el Congreso de los alemanes de los Sudetes representa, sin duda alguna, un hito histórico. Se trata de la continuación en un camino iniciado por el ex presidente Václav Havel. Mi visita es un paso más hacia el saneamiento de las relaciones y nos aproxima al nivel de acercamiento que viven Francia y Alemania, y creo que eso es muy importante”.
Después del fin de la Guerra Fría y del mundo bipolar, la República Checa y Alemania se convirtieron en firmes aliados dentro de la OTAN y ambos son miembros de la Unión Europea. A diferencia del pasado son muchos los puntos de coincidencia que les unen, tanto desde el punto de vista económico y comercial, como cultural, científico y de cooperación en general.En declaraciones a la Televisión Checa (ČT), el ministro Herman hizo énfasis en que ambas partes están interesadas en cerrar el pasado y mirar hacia el futuro. Reveló por qué le correspondió viajar a Núremberg.
“Sin duda ayudó mucho el hecho de que se pusiera fin al tema de la exigencia de la devolución de las propiedades confiscadas a los alemanes de los Sudetes después de la Segunda Guerra Mundial. De cierta manera fue lógico que fuera yo el escogido para asistir a la reunión. Soy miembro del Consejo de Debate Checo-alemán y a título personal debo reconocer que mi familia fue duramente afectada por el nacionalsocialismo alemán. Las relaciones checo-alemanas son un asunto muy cercano para mí”.
En febrero de 1938, Hitler declaró que en Austria y Checoslovaquia vivían diez millones de alemanes a quienes el Tratado de Versalles, firmado tras la Primera Guerra Mundial, impedía vivir con sus compatriotas. Un mes después Hitler invadió Austria, pero todavía quedaban por “rescatar” tres millones de alemanes que vivían en Checoslovaquia.Con la venia del Reino Unido y Francia, Hitler anexionó el 30 de septiembre de 1938 los territorios checos conocidos como Sudetes con una amplia población alemana.
Después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, y de acuerdo con los Decretos de Beneš, alrededor de tres millones de alemanes fueron transferidos a Alemania.
Durante años, los alemanes de los Sudetes pidieron la devolución de sus antiguas propiedades, exigencia que la Asociación de los alemanes de los Sudetes eliminó de sus estatutos este año.