Me gustaría que en España hubiera el horario checo

Ángela Cano Tudela

Esta vez invitamos al micrófono a Ángela Cano Tudela, de Valencia, España, que trabaja para el Instituto Valenciano de Exportaciones en Praga, para preguntarle sobre la vida en la República Checa.

Cómo llegaste a la República Checa y ¿cómo estás en este país?

"Llegué hace un año y dos meses y estoy encantada. La verdad es que no puedo decir nada malo de este país. Me gusta mucho, me gusta la gente, y sobre todo Praga, que es lo que más conozco y la verdad es que estoy muy bien".

¿Sabías algo sobre la República Checa antes de llegar?

"La verdad es que poco, poco, por no decir nada. Elejí el destino realmente porque tenía buena comunicación con Inglaterra para poder ir a menudo, porque tengo allí a mi novio, pero me ha sorprendido y muy positivamente, estoy muy contenta".

¿Qué te dijeron tus familiares, tus amigos al saber que te ibas a la República Checa?

"Mis padres conocían Praga y me hablaron muy bien de la ciudad, que me iba a gustar mucho, pero es lo típico que conocen los turistas, de venir una semana, como que la ciudad en plan de monumentos es muy bonita. Pero en cuanto a los checos o la cultura checa la gente no sabía casi nada y también la imagen de Europa del Este como que iba a ser muy pobre, que la gente es muy fría y no muy simpática, pero la verdad es que ha sido todo lo contrario. A mí me han ayudado muchísimo, más que en muchos otros países, todo ha sido superfácil. Praga me encanta pero en verdad en el resto de la República Checa he descubierto sitios increíbles, casi tan bonitos como Praga o más todavía. El país tiene mucho encanto, yo lo recomendaría para venir con el coche un mes y hacer un recorrido por el país, más que por Praga, que a veces es excesivamente turística".

¿Cómo te has ambientado al estilo de la vida checa?, con respecto a que todo es diferente, la comida, los horarios, etc.

"A mí los horarios de entre semana me gustan. Me gusta lo del horario europeo, de acabar a las cinco, cinco y media, de trabajar, y tener la tarde para poder hacer otras cosas y lo de comer en una hora también. Me gustaría que en España fuera así, yo soy de las que piden horario europeo. Pero el fin de semana reconozco que voy más a mi horario español. Vuelvo a cenar a las diez de la noche y hacer las cosas de otra manera".

Tú viviste en Inglaterra, tienes experiencia con la vida en algunos países de Europa del Este y ahora estás, pues, en la República Checa. ¿Podrías comparar la gente? ¿Cómo ves a los checos, cómo los caracterizarías?

"En general, diría que los checos son gente reservada, pero no es una cosa de los checos, es una cosa del norte de Europa. Supongo que el clima afecta, el salir menos, pero eso solamente en invierno, luego cuando llega el buen tiempo, la gente sale y empieza a sonreír, o sea que es algo climático. Los checos son gente que una vez te conocen y les caes bien y tienes buena relación con ellos. Son gente en la que puedes confiar, y que te van a intentar ayudar en todo y son muy agradables. Y las familias, por ejemplo, he estado en la casa de los padres de mis compañeros de trabajo y los padres no hablan ni inglés ni otro idioma extranjero, pero intentan comunicar contigo, explicarte si haces preguntas y te dan lo mejor que tienen.".

¿Nunca has tenido alguna experiencia mala aquí? Los extranjeros dicen que la gente que te atiende en bancos, tiendas, etc., a veces no es muy agradable...

"Bueno en eso tengo que reconocer que me ocurre como a todo el mundo (risas). Recuerdo de ir a un restaurante una vez, con mis padres y habíamos bastante gente, y el camarero nos dejó sin postre, porque decía que cerraba la cocina y eran las diez de la noche. Y había reservado mesa, había llegado simplemente 40 minutos antes de que se estaba cenando... Bueno, estas cosas ocurren aquí desgraciadamente muy a menudo, pero yo creo que es algo que no se han dado cuenta aún del valor que tiene el cuidar al cliente. Aún no existe suficiente competencia. Cuando realmente vean que tu vecino de enfrente se lleva a tu cliente, porque es más simpático y más agradable, empezarán a hacerlo ellos. Tienen que pasar una o dos generaciones y esto cambiará. Pero esos son pequeños enfados de cuatro cinco minutos y luego te olvidas. No tiene más importancia"...


Sobre la vida en la República Checa hemos conversado con la española Ángela Cano Tudela.