Marionetas en el hospital: esos pequeños seres milagrosos
Están por cumplirse quince años del día en que a tres personas se les ocurrió visitar distintos hospitales con marionetas para colaborar con los niños internados en distintas ciudades de Chequia. En esta entrevista dos integrantes del grupo Marionetas en el hospital (Loutky v Nemocnici) comparten sus emociones y algunos de los milagros que vivieron.
Cada año, en República Checa, alrededor de ciento ochenta mil chicos son hospitalizados, y muchos de ellos permanecen en cama durante mucho tiempo. Más allá de la presencia de médicos, padres y enfermeros no resulta nada fácil para la mayoría de ellos estar lejos de casa.
Con la importante tradición de este país en lo que hace al arte de las marionetas y la literatura infantil, realmente significó un acierto la idea que tuvieron, hace casi quince años, Marka Míková y algunos de sus amigos: recorrer distintos hospitales del país con títeres para contribuir al bienestar de esos chicos con alegría y la magia del arte.Al día de hoy, Marionetas en el hospital (Loutky v Nemocnici) es una asociación sin fines de lucro compuesta por alrededor de veinte músicos, actores y especialistas en marionetas que se van turnando para realizar shows casi a diario. Y, tal como cuenta Míková, las marionetas y títeres se llevan todo el protagonismo.
“Sentíamos que era posible ir a los hospitales con algunos títeres y empezar con el show, porque los títeres están muy cerca de los juguetes y a los chicos les encantan los juguetes. Entonces inmediatamente ellos empiezan a mirar a los títeres, a hablar con nosotros y a jugar, y realmente es algo que ayuda porque ellos, de repente, olvidan dónde están y empiezan a jugar, y realmente suceden milagros durante cada visita”.
Míková asegura que las marionetas son una forma reducida de nosotros mismos cuya magia consiste en que podemos proyectar en ellas alegría, tristeza o hasta bronca porque, en algún punto, tienen vida y son seres independientes.
“Es algo que ayuda porque ellos, de repente, olvidan dónde están y empiezan a jugar, y realmente suceden milagros durante cada visita”.
En la actualidad el grupo Loutky v Nemocnini se presenta casi a diario en los hospitales de Praga que cuentan con unidades infantiles: por ejemplo el Hospital de Vinohrady, el de Bulovka, el de Karlovo Náměstí y el de Motol, una de sus visitas más frecuentes.
Pero además suelen actuar en algunos psiquiátricos y hasta residencias geriátricas, además de presentarse con frecuencia en hospitales de otras ciudades como České Budějovice, Pilsen, Brno y Ostrava.
Cuenta Míková que, en muchos lugares, los familiares de los chicos ya saben qué día se van a presentar y esperan para ir a verlos y presenciar también esos milagros a los que Míková hace referencia. Como es el caso, por ejemplo, de un chico que no podía hablar porque había tenido una complicación en la garganta y, sin embargo, luego de ver a una marioneta, se olvidó de todo y, para sorpresa incluso de su madre, empezó a cantar.
“Recuerdo una vez que nadie podía saber si una nena estaba o no en condiciones de reconocer los colores porque cuando le preguntaban ella no respondía, hasta que la rana le preguntó a ella cuál valija prefería, la amarilla o la roja, y entonces la nena pudo reconocer perfectamente cada uno de los colores que le mencionábamos, ese tipo de cosas suceden muy seguido”.Cada visita puede durar algunas horas o gran parte del día, dependiendo de las ganas que tengan cada uno de los chicos internados de escuchar alguna canción o disfrutar de algún cuento.
Por eso los integrantes de Loutky v Nemocnici van golpeando puerta por puerta con una sonrisa, una guitarra y los títeres listos para entrar en acción. Además de la sensibilidad de estos artistas que saben usar la magia de las marionetas, el grupo se apoya también en algunas obras de literatura infantil.
“Fue tan lindo, ella olvidó que estaba enferma por querer ayudar a la princesa, y ese deseo de ayudar es algo muy frecuente: cuando los títeres necesitan ayuda la reacción de los niños es automática”.
“Leemos las Historias de ranas de Arnold Lobel, muy buenas porque además son breves y entonces puedes leer dos o una o media e ir improvisando, también Dónde viven los monstruos de Maurice Sendak y luego autores checos: algunos de los cuentos sobre gatos y perros de los hermanos Čapek que a los chicos les encantan y también cuentos clásicos”.
Entre esos cuentos hay incluso algunos sobre médicos que les viene como anillo al dedo. Pero Míková remarca que también es necesario improvisar porque, a veces, puede suceder que en una de las habitaciones haya solo un niño y, entonces, resulta mucho más útil que las marionetas empiecen a improvisar: espiando, haciendo bromas, todo tipo de cosas.
Lo cierto, asegura Míková, es que cada presentación es distinta y siempre hay que saber elegir algo acorde a cada público, como en el psiquiátrico donde hay chicos casi adultos, que tienen entre 15 y 18 años. Por otra parte, se trata de una actividad que requiere de cierto equilibrio emocional y por eso cuentan en el equipo con una especialista.
“Debo decir que lo más importante es que todos nosotros somos, de hecho, padres y conocemos a nuestros chicos y eso ayuda mucho. En el equipo hay una psicóloga que siempre nos asiste cuando hay algún problema con los padres, por ejemplo, y entonces podemos hablarlo y encontrar alguna solución. Porque a veces es muy triste, a veces ellos están muy tristes y pueden ponerse a llorar cuando llegamos”.Hana Grančičová, otra de las integrantes del grupo, además de haber trabajado durante mucho tiempo con marionetas es también profesora de alemán. Reconoce que una de las mayores dificultades aparecen en el área de oncología ya que empiezan a ver con frecuencia a varios chicos que, durante los tratamientos, van sufriendo cambios importantes de aspecto y eso requiere también de cierta contención. Ella destaca el rol de los músicos del grupo, uno de los cuales lleva el nombre artístico de Fumas y es un excelente guitarrista y cantante que logra inspirar muchas sonrisas entre los chicos.
Grančičová asegura que, por ejemplo en los psiquiátricos, y a causa de que los adolescentes por supuesto tienen otros gustos, el público suele pedir más canciones que teatro. Y recuerda un día en el que un chico de unos ocho años le dijo a una de las actrices, que tenía por ese entonces cincuenta y cinco, que era la mujer más linda que había visto en su vida y quería sacarse muchas fotos con ella.
También recuerda un hermoso encuentro entre su colega Marka Míková y una nena que, a causa de una molestia, no quería saber nada con caminar y salir de la cama, a pesar de que el doctor intentaba por todos los medios convencerla de que, al menos, lo intentara. Entonces, Míková decidió pedir ayuda a una princesa que tenía a mano. La princesa necesitaba ponerse un vestido que estaba en una mesa ubicada cerca de la nena y, por supuesto, se lo hizo saber.“No puedo llegar, no alcanzo a tomar el vestido y lo necesito, necesito mi vestido, ¿podrías ayudarme por favor? Y la nena se olvidó de su molestia al caminar y le dijo: sí, yo te lo alcanzo. Fue tan lindo, ella olvidó que estaba enferma por querer ayudar a la princesa, y ese deseo de ayudar es algo muy frecuente: cuando los títeres necesitan ayuda la reacción de los niños es automática”.
La ecuación resulta perfecta: los niños empiezan a mejorar al intentar ayudar a las marionetas y los artistas de Loutky v Nemocnici se llenan de felicidad al verlos a ellos contentos.