María Teresa de Habsburgo

Desde el Medioevo y hasta el fin de la Primera Guerra Mundial en el trono de Bohemia se alternaron casi dos decenas de soberanos de la Dinastía Habsburgo. Entre ellos hubo una sola mujer, y de armas tomar en toda la extensión de la palabra: la emperatriz María Teresa de Austria, reina de Bohemia y de Hungría.

María Teresa gobernó 40 años, de 1740 a 1780, e influyó decisivivamente en el curso de la historia de los países integrantes del imperio Habsburgo en Europa Central.

María Teresa de Austria era hija primogénita de Carlos VI de Habsburgo, a quien, en virtud de una pragmática sanción, sucedió en 1740, resistiendo a la liga que se formó contra ella con su advenimiento al trono, pues la ley sálica, tan arraigada en las monarquías del Viejo Continente, excluía del trono a las mujeres.

Esta enérgica mujer que dominaba a la perfección el alemán, el italiano, el francés, el español y el latín, tuvo que enfrentar muchas tempestades políticas y bélicas en el continente.

Y en el primero de aquellos conflictos se vio involucrado el Reino de Bohemia. Es que el único que no había reconocido la pragmática sanción de Carlos VI en favor de su hija María Teresa era el elector de Baviera, Carlos Alberto, por creerse con derecho a la corona imperial.

A fines de 1740 los acontecimientos en Europa Central tomaron otros derroteros con la abrupta intervención del rey de Prusia, Federico II, el Grande. Su ejército ocupó Silesia, región industrializada del imperio de los Habsburgo, y estalló la Guerra de Sucesión de Austria, llamada también primera guerra de los Siete Años, a la que enseguida se sumaron Baviera y Francia.

A fines del año 1741 las tropas bávaro-francesas invadieron el Reino de Bohemia, y el siete de diciembre de aquel año el elector de Baviera, Carlos Alberto, se proclamó en Praga rey de Bohemia. Pocos días después le rindieron tributo más de 400 miembros de la nobleza checa, de los que luego Carlos Alberto seleccionó a los miembros del nuevo gobierno.

Y no conformándose con esto, Carlos Alberto fue a la sede del Sacro Imperio Romano Germánico, donde consiguió el título de emperador como Carlos VII.

Del poder decisivo en el Reino de Bohemia encargó al mando militar francés. Pero éste lo mantendría sólo por un corto año: es que en diciembre de 1742 Praga volvió a caer en manos de los Habsburgo.

A diferencia de su impopular precursor Fernando II de Habsburgo, la emperatriz María Teresa asumió una postura más benevolente para con la nobleza checa que la había traicionado. Y si bien la comisión encargada de investigar los hechos y ajusticiar a los culpables dictó siete sentencias de muerte, ninguna llegó a realizarse.

Y como si nada hubiera ocurrido, la nobleza checa volvió a ponerse de parte de María Teresa de Habsburgo, a quien le declaró fidelidad incondicional, participando, incluso, en la ceremonia de entronización en Praga. Con la corona del Reino de Bohemia fue investida María Teresa el 12 de mayo de 1743. Pero esto fue ganar sólo una batalla y no la guerra.

Es que en detrimento de Silesia perdió la mayor parte del territorio de aquella región, y el de Glatz, que siempre habían pertenecido a la Corona Checa, y perdió también parte de las provincias italianas. Pero por otra parte, logró que su marido Francisco de Lorena fuera reconocido como emperador, y que se confirmara la validez de la pragmática sanción.

Y como "no hay mal que por bien no venga", la Guerra de Sucesión de Austria sirvió para abrirle los ojos a la emperatriz María Teresa de Austria, reina de Bohemia y de Hungría, porque finalmente le hizo comprender lo necesitado que estaba de reformas el imperio de los Habsburgo. Por fin comprendió que si el sistema no era sometido a cambios de envergadura, su monaqruía no sería capaz de soportar la competencia de las otras potencias europeas.

Bajo la influencia de sus lúcidos asesores, que ponderaban el papel de la razón, María Teresa optó por el "despotismo ilustrado". Las radicales reformas que realizó en las esferas de la administración estatal, la justicia, militar, educacional, y de hacienda, confirmaron lo adecuado que estaba el nuevo curso emprendido por su imperio.

Entre el montón de reformas implantadas por María Teresa de Habsburgo, hubo una que se inscribiría con letras de oro en la cultura de la nación checa: el establecimiento de la ense¡anza básica obligatoria en los territorios que formaban parte de la Corona Checa, en el a¡o 1774.

A la muerte de la emperatriz y reina de Bohemia y de Hungría, María Teresa de Habsburgo, acaecida en 1780, comenzó el gobierno de la familia Habsburgo-Lorena.

Autor: Mónica Villegas Gallego
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