Los programas de cocina, un nuevo fenómeno de la televisión checa
Los checos se interesan cada vez más por la buena cocina. Prueba de ello son los numerosos programas de televisión dedicados a este tema, que gozan de una extraordinaria popularidad entre el público. Más sobre la reciente afición de los checos a los programas de cocina en esta nueva edición de A Toda Marcha.
Lo que para España es Karlos Arguiñano y para el resto del mundo Jamie Oliver, para los checos es la pareja Filip Sajler y Ondřej Slanina. Estos veinteañeros lograron algo insólito hasta entonces en Chequia: hacerse famosos con un programa de cocina en televisión.
Aunque mucha gente ve ‘Los Chicos en Acción’ (‘Kluci v akci’) por pura diversión, la buena cocina y la profesionalidad de los jóvenes siguen siendo los principales atractivos del programa, según afirma Radek, joven arquitecto de Praga.
“Me gustan ‘Los Chicos en Acción’ porque saben preparar recetas modernas así como los típicos platos checos, utilizando siempre los ingredientes que se pueden comprar en cualquier supermercado. Me conviene que no experimenten mucho con la cocina exótica”, sostiene Radek.
Su protagonista, Zdeněk Pohlreich, viaja con su equipo por el país visitando los distintos restaurantes y corrigiendo los errores que comete su personal a la hora de preparar la comida y servirla al cliente. Con su sonrisa demoniaca y lenguaje colorido se ha ganado las simpatías de muchos checos.
Pero Eva, joven historiadora de Praga, prefiere al sutil y delicado Emanuele Ridi. Es el protagonista de otro programa de la televisión Prima, cuyo objetivo es enseñar a los checos la diferencia entre la verdadera cocina italiana y los platos que se suelen servir en las pizzerías checas y que no tienen nada que ver con los originales de Italia. Estos son los motivos de Eva para ser fan de Emanuele.
Muchos se preguntan a qué se debe el reciente interés de los checos por los ingredientes de calidad y la buena cocina. Encima, cuando la crisis económica les ha obligado a muchos a apretarse los cinturones.
Según Eva, paradójicamente, los problemas económicos que afrontan actualmente los hogares checos han favorecido ese fenómeno.
“Creo que mucha gente ahora no puede permitirse gastar tanto dinero en restaurantes ni tampoco en otros placeres. Por eso se interesa más por las recetas de cocina. Se trata de reunirse con los amigos, pasarlo bien y, preparando platos típicos de otros países, recordar por ejemplo las vacaciones en el extranjero”, opina Eva.
“Se debe a que la gente aquí estuvo durante mucho tiempo aislada del resto de Europa por la cortina de hierro y conocía sólo los platos típicos de la cocina nacional. Pero con la Revolución de Terciopelo nos abrimos al mundo y comenzamos a recibir influencias no sólo en la esfera política y cultural, sino también en la culinaria. Veinte años después, la gente aún se siente impactada por la gran variedad de productos e ingredientes que llegan desde el exterior y eso les motiva a probar recetas nuevas”, destaca Radek.
Sean cuales sean los motivos del gran interés de los checos por el buen comer, todo parece indicar que los programas de cocina en televisión se mantendrán por mucho tiempo en la cima de la popularidad en el país.
