Los checos pagarán por asistencia médica

Una radical reforma en la esfera de la Salud prepara el ministro de esa cartera, Tomás Julínek, quien presentó recientemente un proyecto que contiene los cambios a ser introducidos a partir de enero de 2008.

A partir del próximo año, los pacientes deberían pagar por una consulta médica, así como por permanecer hospitalizado. Ello tendrá un costo diario de 50 coronas, equivalentes casi a dos euros. 20 coronas, es decir 70 céntimos de euro, pagarán por una receta. El ministro Julínek argumentó esta medida diciendo que los checos visitan al médico con demasiada frecuencia.

"Según las estadísticas, un ciudadano checo visita al médico 15 veces al año, lo que sitúa al país en uno de los primeros lugares en el ranking europeo. Los pagos deberían contribuir a que se limite el abuso de la asistencia médica, así como para reducir el alto consumo de medicamentos".

El titular de Salud asegura que de esta manera las Cajas de Seguro Médico podrán ahorrar sumas millonarias.

Además de pagos adicionales, el ministro Julínek se compromete a fortalecer los derechos de los pacientes. Por ejemplo, pretende estipular estrictamente el tiempo de espera para una intervención quirúrgica, debido a que se han registrado casos en que los pacientes se vieron obligados a sobornar al médico para acortar el período de espera para una operación urgente. Tomás Julínek quiere cambiar también el sistema de financiación de los servicios de socorro que, además de las Cajas de Seguro, deberían recibir dinero también del Estado para disponer de recursos suficientes para su funcionamiento. Las ambulancias deberían tener un tiempo máximo de 15 minutos para llegar al domicilio del enfermo, lo que representa una buena noticia para los habitantes de las zonas alejadas. El ministro afirmó que pretende garantizar la debida asistencia médica para todos.

No obstante, los revolucionarios cambios del ministro Julínek deben ser aprobados por el Parlamento, en el cual la coalición gubernamental y la oposición disponen de un mismo número de votos. Por lo tanto, todo indica que el destino de las reformas está en manos de los tránsfugas del opositor Partido Socialdemócrata.