Los checos casi no cambian de lugar de residencia

La mayoría de los ciudadanos checos prefiere echar raíces en su ciudad de origen, antes que mudarse a otras regiones del país. Según se desprende de recientes estudios demoscópicos esto responde, en primer lugar, a deficiencias en la esfera de la vivienda.

De acuerdo con informaciones de la Oficina de Estadísticas checa, desde 1994 se han registrado tan sólo 200 mil traslados de personas a lo largo y ancho del territorio checo, lo que desde el punto de vista estadístico es un índice muy bajo.

Esta situación trae consigo elementos positivos y negativos, porque, por ejemplo existen regiones con mucho desempleo, pero sus habitantes se mantienen en el lugar sin tomar en cuenta que su traslado a otra parte del país puede ser la solución a su problema.

Sin embargo, lo que en un principio parece ser muy sencillo, no lo es, porque cómo se va a mudar una familia de una región a otra si en el país faltan casas. Muchos edificios de apartamentos terminan transformándose en centros para la concentración de oficinas, sin olvidar que el Estado construye poco y la empresa privada, mantiene los precios por las nubes.

No obstante, las estadísticas sostienen que las personas que optan por cambiar su lugar de residencia lo hacen en la mayoría de los casos por razones familiares, o sea por haber contraído matrimonio, o al contrario por haberse divorciado.

Tan sólo un cinco por ciento de los encuestados asegura que cambió de residencia por razones de salud, por ejemplo abandonaron su lugar de residencia como consecuencia de un alto grado de contaminación.

La capital es el único lugar -como en otros países del mundo- al que se trasladan más ciudadanos, procedentes de todo el país y que se mudan en busca de trabajo.

Autor: Federico Picado
audio