Las pensiones bajas de los disidentes son una vergüenza, concuerdan los políticos

La situación vinculada a las pensiones de jubilación bajas de los disidentes en Chequia es vergonzosa y el Estado tiene que resolverla cuanto antes, concordaron los representantes de la coalición gubernamental con los de la oposición en un debate en la Televisión Checa.

En el problema apuntó el signatario del manifiesto anticomunista Carta 77 Jiří Gruntorád quien demanda la dimisión del ministro de Asuntos Sociales, Marian Jurečka, por lo que, a partir del viernes, está de huelga de hambre.

Las pensiones bajas de los disidentes se deben al hecho de que estas personas fueron encarceladas, tuvieron que vivir en el extranjero o no se les permitía trabajar por lo que no pagaban los impuestos suficientes para obtener una pensión de jubilación más alta.