“¿Las europeas y las latinoamericanas? Como el día y la noche”
Álvaro Andrés Roa Santamaría tiene 28 años y, a pesar de su poca edad, este colombiano ya puede considerarse un trotamundos. Una vez terminados los estudios de Relaciones Internacionales en Colombia, se fue a Estados Unidos. Dos años después decidió probar suerte en Europa. Durante algún tiempo vivió en Francia, luego estudió en España y ahora trabaja en la República Checa. Dentro de pocos días se traslada a Inglaterra.
Hola Katerina.
¿Cuánto tiempo llevas en la República Checa?
Llevo un año y cuatro meses.
¿Qué haces aquí?
Trabajo para Hewlett-Packard como analista financiero.
Antes de aceptar la posición en Praga llamaste a unos amigos de Noruega para preguntarles cómo se vivía acá. ¿Qué te dijeron?
Los dos me respondieron de la misma forma. Me dijeron que la vida es muy agradable, que la ciudad es espectacular, que hay muchas cosas por hacer, que la cerveza es muy buena y que las chicas son muy guapas.
¿Te dieron algunos consejos para tratar con los checos?
No. Me dijeron que, a diferencia de lo que todo el mundo decía, los checos no eran fríos y reservados. Destacaron que la experiencia con ellos había sido muy buena y que habían tenido muy buenas relaciones. No me dieron consejos, por el contrario, me dijeron que era muy agradable vivir con ellos.
Y, ¿qué te parecen los checos a ti?
Estoy totalmente de acuerdo con ellos. Mi experiencia con los amigos checos ha sido increíble y he aprendido mucho de ellos. He visto que no son como la gente cree que son y me han sorprendido de una forma positiva.
Antes de venir a Praga habías estado también en otros países…
Sí. Terminé mis estudios en Colombia y me fui a Estados Unidos para mejorar mi inglés. Allá estuve trabajando y fue la primera vez que conocí a unos checos que también estuvieron en un programa de intercambio cultural. En Estados Unidos duré dos años. Después quería ir a Europa para hacer un master. Entonces fui a Francia a aprender francés y luego a España. Estuve un año en Barcelona haciendo el master, después volví a trabajar en Francia y finalmente vine acá a la República Checa.
¿Puedes comparar la vida en todos estos países?
En cada país hay algo que me gusta mucho, pero, al mismo tiempo, hay algo que me hace falta. En Estados Unidos, la vida es mucho más cómoda, pero también más simple, culturalmente. En Francia me gustó mucho porque tenía el reto de aprender el idioma y conocer la cultura francesa. Después fui a España y me di cuenta de que, en cierta medida, hay cosas muy similares a Colombia y eso te hace sentir un poco más cómodo. Y una vez que llegué acá a la República Checa, era totalmente diferente a todo lo que había experimentado antes. Tomar el metro, hablar con la gente, ir a un centro comercial y tratar de comprar algo con la barrera del idioma: es como un reto cada día y eso me mantiene muy activo. También me gusta de Praga que puedes encontrar gente de todo el mundo, puedes relacionarte con los checos, puedes vivir una experiencia verdaderamente checa y, al mismo tiempo, tener todo lo mejor del resto del mundo.
Me parece que desde que terminaste tus estudios no has parado de viajar y trabajar… ¿Has tenido tiempo de enamorarte?Sí. En Estados Unidos y en Barcelona viví con mi novia de Colombia, pero allá terminamos, yo después fui a Francia y empecé a salir con una austriaca. Ella, en teoría, iba a venir a vivir acá conmigo e iba a ser profesora de idiomas acá, pero me di cuenta que no estaba preparado para una relación seria y decidí esperar un momento y seguir viviendo mi vida. Acá he conocido muy buenas amigas, pero como sé que voy a partir pronto no quiero estar en una relación seria.
¿Crees que hay mucha diferencia entre la relación con una europea y una latinoamericana?
Totalmente. Es como el día y la noche. Las latinoamericanas, por un lado, son más cariñosas, más consentidas, pero, al mismo tiempo, son más celosas y posesivas, los sentimientos son más fuertes. Por el contrario, las europeas son mucho más relajadas, mucho más liberales, toman más la iniciativa, es totalmente diferente.
Dentro de un mes te trasladas de nuevo, esta vez, a Inglaterra. ¿Has pensado en quedarte en algún lugar para siempre?
A mí me gusta mucho viajar y conocer nuevas culturas y poder vivir un país de verdad, no sólo visitándolo como turista. Después de Inglaterra, me gustaría ir a Asia. Y una vez ya, después de haber vivido en todos esos países, quiero mirar atrás y darme cuenta dónde estaba más feliz. Pero, al mismo tiempo, me gustaría que mis hijos vivieran todo lo que yo viví en Colombia y toda esa experiencia que es vivir en un país que tú quieres tanto y que lo extrañas, pero aún así quieres saber cómo es el resto del mundo.
¿Qué es lo que más vas a extrañar de Praga?
Uy, muchas cosas. Mis amigos acá se convirtieron como mi familia, los voy a extrañar mucho. En términos de la ciudad en sí, la libertad que te da Praga, porque es una ciudad con todas las ventajas de una ciudad, pero, al mismo tiempo, con todas las ventajas de no ser una metrópoli tan grande, como, por ejemplo, Londres o Nueva York. Tú tienes acá todo lo bueno de una gran ciudad y, al mismo tiempo, todas las ventajas de una pequeña ciudad. Y eso voy a extrañar mucho.
Bueno, te deseamos todo lo mejor en tu carrera profesional y en tu vida personal.
Muchísimas gracias.