“La situación de los guías turísticos en Praga no es grave, es una tragedia”

Foto: Archivo de Radio Praga

El intrusismo de guías sin preparación en la capital checa asfixia a los profesionales que dedicaron toda su vida al estudio de los monumentos y la historia de Praga además de ofrecer una imagen falsa o edulcorada de la ciudad a los turistas. El Gobierno promete desde hace tiempo una ley que exija garantías sobre sus conocimientos después de que en 2008 el Parlamento aprobara sin previo aviso la apertura total del sector.

Foto ilustrativa: Sergé,  Flickr
La Asociación de Guías Turísticos Checa lleva seis años quejándose de que en Praga cualquiera puede convertirse en guía turístico de un día para otro. Iva Karlíčková, guía autorizada para realizar visitas en checo, italiano e inglés, lo explica con claridad.

“La situación no es grave, es un tragedia. Antes un guía era un especialista. Los guías tenían que pasar exámenes de historia, de historia del arte… Praga es un lugar con tanta historia, cada piedra tiene historia. Los guías teníamos que examinarnos cada tres años”.

Foto: Archivo de Radio Praga
Hoy día ser guía autorizado o no, no supone diferencia alguna a la hora de encontrar trabajo. De hecho, es de suponer que un guía no profesional que se dedica a ello unas horas al día compaginándolo con otras ocupaciones, tendrá menores expectativas salariales.

Iva Karlíčková apunta precisamente a esos nuevos modelos de mercado aparecidos en los últimos años.

“Ves a cualquiera que en la plaza Venceslao o en la de la Ciudad Vieja va soltando cosas sin sentido, sobre todo estos de los ‘free tours’ y los de los paraguas. Cuántas veces habré visto, por ejemplo a estadounidenses, que vienen a Praga a estudiar dos o tres meses y así se sacan un dinero. Se han leído cualquier folleto y no tienen ni la más mínima idea pero van por ahí contando cosas sin sentido. La mayor parte de mis compañeros son personas cerca de la jubilación que ya no pueden vivir de esto, que se han tenido que buscar otra ocupación. Es una miseria lo que puedes ganar y una pena lo que ha pasado, pero a nadie le importa, ni al Gobierno ni a nadie”.

Foto ilustrativa: FD Manager,  Flickr
Zdenka Kerlická, guía desde 1976 en inglés, español y japonés, critica de la misma manera lo que escucha sin querer cuando pasea a su perro por el centro de Praga.

“No sólo sinsentidos, estos supuestos guías también cuentan cualquier cosa que sepan que vaya a gustar a los grupos. Así que hacen interpretaciones incorrectas de nuestra historia o nuestra actualidad que no tienen nada que ver”.



“En Venecia por señalar dónde está la Laguna me pueden multar con 500 euros”

La Plaza de San Marcos en Venecia,  foto: Andreas Volkmer,  Free Domain
A fin de cuentas los turistas son objetivos fáciles. No son del lugar y no disponen de información para saber si lo haces bien o mal. Y en el peor de los casos, la relación con el cliente dura escasas horas, no hay siquiera la necesidad de satisfacerlo. Y turistas en Praga no hay miles, hay millones.

Pero en otros países con gran industria turística las cosas funcionan de forma muy distinta, explica Iva Karlíčková.

“Cuando voy con grupos de checos a Italia yo no puedo decir nada, sólo en el autobús. Si estoy en la Plaza de San Marcos en Venecia, solamente por decir dónde está la Laguna o la basílica, ya tengo a algún guía controlándome y me pueden poner 300 ó 500 euros de multa. Lo mismo en Florencia. Allí siempre contratamos a un guía, por tres horas cobra 120 ó 150 euros. Son profesionales y se valora lo que hacen, no es como aquí”.

Foto: Tomáš Adamec,  Archivo de ČRo
Nada que ver con Praga, donde cada nacionalidad ha creado su propia infraestructura, denuncia Karlíčková.

“Aquí hay una gran cantidad de turistas japoneses, rusos o ucranianos. Estos hacen lo que quieren y no hay ninguna legislación. Estamos hablando de millones que se van del país. Un buen ejemplo son los españoles. Llegan en un avión español que trae una empresa española. En el aeropuerto les espera un autobús español que los lleva a un hotel español con un guía español. Y todo esto en nuestro territorio, aprovechándose de nuestra riqueza, del patrimonio de nuestro país. A nosotros no nos queda nada y los guías checos especializados en español no tienen trabajo. Tendría que haber un control. Deberían ser guías profesionales, deberían cotizar y pasar exámenes aquí”.

Foto ilustrativa: Anne McKenzie,  Flickr
Zdenka Kerlická asegura que mercados como el japonés lo perdieron hace mucho los guías checos especializados en esa lengua. Pero quiere puntualizar la reivindicación de Karlíčková.

“Me gustaría decir que no estamos hablando en absoluto de controles ni obstáculos a los extranjeros que viven en la República Checa o ejercen una actividad profesional en el marco de la ley. Lo que nos falta es un sistema sensato”.

La apertura total del sector de los guías turísticos que puso todo patas arriba en 2008 fue una operación oscura, explica Kerlická. A río revuelto, ganancia de pescadores.

“Digámoslo así, cada vez que hay una situación de caos, de desorden, siempre hay alguien que sale ganando. El sistema cambió sin ninguna negociación previa con los órganos competentes como el Ministerio de Desarrollo Local o el Ministerio de Industria y Comercio. Fue algo que se hizo a la carrera y que fue aprobado en el Parlamento porque iba oculto como una cláusula dentro de una ley que no tenía mucho que ver”.

Foto: ČT24
La Unión Europea publicó una directriz para todos los miembros precisamente en 2008 con esas condiciones que exigen los guías checos. Pero no sólo. Este mismo vacío legal se da en más o menos la mitad de los países de los Veintiocho.

El Ministerio de Desarrollo Local desde hace meses asegura que está trabajando en un cambio de la ley, pero según Kerlická, es una información de la que se enteró por la prensa y de la que no se conoce detalle alguno.