La publicidad extremadamente llamativa debería desaparecer del centro histórico de Praga
La publicidad extremadamente llamativa que aparece cada vez más en el centro histórico de Praga impulsó al Ayuntamiento a poner en vigor un nuevo reglamento que limita tanto su cantidad como su aspecto.
Todos los rótulos y carteles fosforescentes deberían desaparecer y ser sustituidos por inscripciones más suaves, y los carteles de plástico tendrán que ser reemplazados por madera o metal. El reglamento prohíbe colocar inscripciones con nombres de las empresas en los tejados de edificios, la única excepción es cuando formen parte del diseño arquitectónico.
Al no cumplir con los requisitos impuestos por el nuevo reglamento, las empresas serán sancionadas. Del respeto de las normas se encargarán los protectores de los monumentos históricos, según explica el director del Departamento de Atención de los Monumentos de la Alcaldía de Praga, Jiří Skalický."A los que no cumplan con el reglamento les avisaremos que su publicidad es ilegal y que están obligados a quitarla en el lapso de una semana. Asimismo, tendrán que crear y presentar un proyecto del nuevo diseño gráfico de la publicidad de su negocio", indicó.
Algunas regiones checas llevan años buscando una manera de regular el exceso de la publicidad demasiado llamativa, sin embargo, todos los intentos han fallado. En la ciudad balnearia de Karlovy Vary, que es un destino muy popular entre los turistas rusos, mucha gente se siente como si se encontrara en la ciudad rusa de San Petersburgo. Esta sensación es causada por la enorme cantidad de inscripciones y publicidad en ruso.
Según explica el portavoz del Ayuntamiento de Karlovy Vary, Jan Kopál, la Alcaldía no puede luchar contra ese fenómeno."El Ayuntamiento no puede prohibir el uso de las incsripciones en ruso y el Ministerio del Interior probablemente cancelaría un reglamento así".
La ciudad de Brno también pasa por un problema relacionado con los anuncios, aunque un reglamento los regula. Como ejemplo de su violación por parte de los empresarios sirve un toldo publicitario que se encuentra encima de la fachada de un edifico céntrico y no ha desaparecido pese a la amenaza de una multa de casi 80 mil euros.