La pesadilla que no debe repetirse
La pesadilla que desde el martes nos quita el sueno, no debe volver a repetirse. Los terroristas que atacaron EE.UU. han agredido la integridad de todos los que creemos en el sistema democrático.
Estamos en guerra, pero a ciencia cierta no sabemos quién nos la ha declarado; pero lo que sí sabemos es que el enemigo asesinó fríamente a miles de personas inocentes para demostrar su grado de crueldad y de fanatismo.
La comunidad de países democráticos se ha unido para gritar !No al terrorismo! En Europa y en América ha empezado la mayor operación policial de la historia para descubrir y capturar a los responsables.
Hay muchos motivos para estar preocupados, lo ocurrido es tan grave que el mundo ya no es el mismo de hace unos días atrás. Un multimillonario cegado por la maldad, una organización terrorista alimentada por el odio, o tal vez ambos planearon fríamente la muerte de miles de estadounidenses comunes y corrientes que el martes 11 de septiembre fueron a sus oficinas, pero ya no volvieron a casa.
Debemos impedir que el dolor altere nuestros sentidos, y evitar un comportamiento semejante al de nuestros verdugos. Sin duda alguna los culpables deben ser capturados y castigados, pero no podemos permitir que las acciones del mundo democrático, libre e independiente se vean manchadas de sangre o sean el detonador de un conflicto bélico de dimensiones imprevisibles.