La operación contra Talibán es el preludio de los conflictos que nos esperan

La operación de Estados Unidos en Afganistán es el preludio de un nuevo tipo de conflicto que enfrentará el mundo en el siglo XXI, diferente de las guerras del siglo pasado. Radek Khol, experto en asuntos de seguridad del Ministerio de Relaciones Exteriores checo, senala que las intervenciones militares no se librarán contra un Estado o contra una definida estructura política que se esfuerce por conseguir fines políticos con medios militares.

"Tendremos que aprender a conducir el conflicto con medios militares contra un enemigo que carece de estructura estatal y que controla parcialmente el territorio. Tendremos que enfrentar a un adversario capaz de reagruparse rápidamente y que no respetará las reglas que nos hemos acostumbrado a calificar de reglas para manejar el conflicto civilizadamente".

Radek Khol admite que el bombardeo aliado de las bases terroristas en Afganistán hizo aumentar sin duda alguna el peligro de ataques terroristas en el mundo. No piensa, sin embargo, que los terroristas ataquen en los próximos días, ya que las medidas de seguridad que se han venido adoptando desde el inicio de la respuesta aliada, son muy rigurosas.

Los iniciados ataques aéreos contra el Talibán constituyen la primera fase de la lucha contra el terrorismo. ¿Qué fases seguirán?

"La presente fase enfoca a los blancos fijos que se lograron identificar por medio de la exploración vía satélite y de informaciones de los Servicios de Inteligencia. Pero el número de dichos blancos es limitado y los ataques contra los mismos terminarán en uno o dos días. En la segunda fase, los comandos especiales se encargarán de liquidar a los grupos vinculados con Osama Bin Laden en el territorio afgano y simultáneamente Estados Unidos apoyará la ofensiva de la opositora Alianza del Norte en Kabul".

¿De qué manera se seguirá edificando la coalición contra el terrorismo mundial?

"La lucha contra el terrorismo no tendrá sólo dimensión militar. Debe tener también un fuerte carácter político y diplomático. Esto significa que Estados Unidos se esforzará por conseguir el apoyo explícito, y no sólo implícito como hasta ahora, del mundo árabe y, sobre todo, de los mulás islamistas. Estados Unidos debería también movilizar sus fuerzas en las Naciones Unidas para convencer al Consejo de Seguridad de que apruebe una resolución de apoyo a las operaciones militares".