La historia del obrerismo checo se traslada al Museo Nacional
La pluma con la que fue firmada en Praga la capitulación de Alemania a fines de la Segunda Guerra Mundial, el 8 de mayo de 1945, y la figurita de un vagabundo modelada con pan en la cárcel por el futuro presidente checoslovaco Antonín Zápotocký. Eso son solo dos del enorme número de objetos que incluye la exposición que abrirá el Museo Nacional.
Las piezas provienen del desaparecido Museo del Movimiento Obrero que se vio obligado a cerrar sus puertas por falta de recursos, según explicó comisario de la exposición, Marek Junek.
“Tras la caída del comunismo en Checoslovaquia en 1989, se discutía acerca del destino de los museos ideológicos de Klement Gottwald, V. I. Lenin y Julius Fučík. En aquel entonces no se daban las circunstancias oportuna para pasar estas colecciones a los archivos estatales y surgió un museo privado del movimiento obrero que recientemente estaba buscando a un socio que se encargara de las colecciones. ¿Qué otra institución debería asumir la responsabilidad sino el Museo Nacional?”, dijo.
La colección comprende el período desde el surgimiento de la democracia social en la segunda mitad del siglo XIX hasta el socialismo real de los años 80 del siglo XX.La pluma con la que fue firmada la capitulación alemana en Praga, en 1945, la figurita de un vagabundo modelada con pan por el quinto presidente checoslovaco, Antonín Zápotocký, así como el manuscrito del ‘Reportaje al Pie de la Horca’, de Julius Fučík, ejecutado por la Gestapo. Esos son los objetos más llamativos de la exposición, aunque el comisario subraya que hay muchas piezas más que vale la pena ver.
“Se trata de un número enorme de objetos. Quisiera destacar la colección de carteles originales que datan de los siglos XIX y XX. A mí personalmente me gusta por ejemplo el cartel protagonizado por V. I. Lenin, que patrocina una campaña antialcohólica. Además disponemos de muchas cosas personales de los primeros dos presidentes checoslovacos, Klement Gottwald y Antonín Zápotocký, que merecen ser vistas”, señaló.Los historiadores del Museo Nacional ahora tienen por delante un trabajo minucioso para archivar todos los objetos adquiridos, indicó Junek.
“Acabamos de recibir la colección así que tardaremos cierto tiempo en archivarla. De todas formas contamos con abrir un catálogo y una exposición permanente, que será instalada en el edificio principal del Museo Nacional, situado en la Plaza Venceslao. Pero debido a la gran cantidad de piezas, supongo que la inauguraremos dentro de unos cuatro o cinco años“.Una vez terminados los trabajos de archivo, el museo calculará la suma financiera correspondiente a la póliza, aunque el valor socio-cultural de la colección es incalculable, según resaltó el historiador Marek Junek.