La economía checa está enferma, advierten economistas
Asociaciones empresariales y destacados economistas checos exhortan al Gobierno a aplica reformas económicas. Advierten que de otra manera Chequia podría quedarse a la cola de los países comunitarios.
La Asociación de exportadores checos advirtió esta semana de la pérdida de la capacidad competitiva de la República Checa en los últimos meses y exhortó al Gobierno a la elaboración de una visión del desarrollo económico del país a largo plazo. Los exportadores, apoyados por varias organizaciones empresariales, insisten en que si no se adoptan reformas económicas, el país quedará a la cola de los países de la Unión Europea.
Chequia se mantiene en la media europea en cuanto al PIB per cápita, pero en los últimos años se evidencia un estancamiento o retroceso de su economía. En una reciente conferencia de la Asociación de Exportadores, la economista Helena Horská, miembro del Consejo Económico Nacional del Gobierno, reconoció que ‘la economía checa está enferma’.
“La República Checa fue y sigue siendo la última dentro de la Unión Europea que no ha alcanzado el nivel económico de antes de la pandemia de coronavirus. Si alguien no admite que tenemos un problema, que mire los datos publicados por Eurostat”.
También la Cámara Económica confirmó el escepticismo de los empresarios sobre el futuro de la economía checa. Una reciente encuesta realizada por la Cámara entre unos 1300 empresarios reveló que el 60% evalúa negativamente el desarrollo económico en las condiciones actuales, y sólo un 7% de las empresas ve el futuro del país de forma optimista.
Los empresarios claman por las innovaciones y consideran que el desarrollo lo frena la inconclusa red de autopistas, los ferrocarriles anticuados y esperan también el encarecimiento y la escasez de la electricidad.
Mientras tanto, en la conferencia ‘Chequia en la Encrucijada’ el primer ministro, Petr Fiala, dijo a los empresarios que su visión es que antes de 2050 Chequia se transformará en una encrucijada económica de Europa y acotó que las inversiones estarán dirigidas a seis sectores principales, el transporte, las redes energéticas, las centrales nucleares, la inteligencia artificial, la fabricación de chips y la extracción del litio.
“En la República Checa tenemos el mayor yacimiento de litio a nivel de Europa. Se trata de un mineral clave, comparado con el petróleo. Por ello trabajamos intensamente en el inicio de su extracción, lo ideal sería que fuera en 2026”.
Por su parte, el ministro de Industria y Comercio, Jozef Síkela, considera fundamental centrarse en los próximos 10 o 15 años, en un mayor aprovechamiento de la energía nuclear, la electromovilidad y la fabricación de chips.
“Un rol enorme en todos los sectores de la economía corresponderá a la industria de chips y por ello nos empeñamos porque la República Checa pueda convertirse en una pequeña potencia europea de chips”.
Hace dos años un grupo de empresarios checos, encabezado por Martin Wichterle, propietario del grupo de maquinaria Wikov Industry y de dos fábricas de vidrio, publicaron un llamamiento denominado ‘La segunda transformación’. Pidieron al Gobierno que les ayudara a cambiar la economía, porque la primera transformación económica de los años 90 es insuficiente en el mundo moderno, según dijo a la Radio Checa Wichterle.
“No sé si los chips o la energía nuclear nos salvarán, son sólo dos factores que tenemos por delante, pero las tareas son muchas más. Si queremos ser un estado exitoso no basta con invertir sólo en unos cuantos sectores, sino también adoptar una serie de medidas que nos faltan y que, lamentablemente, debimos haber adoptado hace ya muchos años”.
Wichterle mencionó, por ejemplo, el desarrollo de las infraestructuras, la digitalización y la falta de mano de obra cualificada. El empresario sostuvo que actualmente tanto los políticos como la sociedad en general toman consciencia de que cabe adoptar pasos para no quedar a la zaga y ello especialmente en lo que respecta a la mano de obra.
“Veo que cada vez hay una mayor voluntad en la luchar por la mano de obra, países como Alemania, Polonia y Hungría lo hicieron ya hace tiempo. Nosotros nos hemos cerrado y detuvimos así el desarrollo de la industria. Ya no somos atractivos para los inversionistas extranjeros, porque en Chequia no encuentran la mano de obra que necesitan. Y sin trabajo no se enriquece. Si continuamos por el camino de los obstáculos para la entrada de trabajadores extranjeros, terminaremos mal y eso ya lo ven también los políticos”.
Wichterle acotó que los planes del Gobierno son positivos, pero depende ahora de su cumplimiento. De acuerdo con el empresario, una cosa es proclamar una intención y otra es actuar para cumplirla. Y para los empresarios y el desarrollo de la economía checa, según Wichterle, es fundamental fabricar un producto que tenga un valor añadido y no sólo suministrar componentes para otros productos.
