La cerveza, bebida de próceres y de simples mortales
Las altas temperaturas de los últimos días nos obligan a consumir una mayor cantidad de líquidos para saciar la sed. Estando en Praga y siendo la cerveza la bebida por excelencia de los checos, pues resulta inevitable detenerse en alguna terraza en el centro de la ciudad y deleitarse con una espumante cerveza rubia o morena.
Se dice que la cerveza es "el pan líquido de todos los días". Las cervecerías se encuentran en todas las ciudades, pueblos y caseríos. Y la beben tanto hombres como mujeres, indiferentemente de su condición económica, credo y costumbres. Y hoy les hablaremos de muchos ilustres checos que hicieron de la cerveza su bebida favorita.
Conocido por todos los checos gracias a su legado, además de materia obligatoria en las clases de historia, Frantisek Palacký se vió cautivado por la cerveza Pilsen.
Para los que no lo saben, o no lo recuerdan, debo decir que Pilsen es el nombre de la ciudad checa en la que se produce esa cerveza, que es una de las más famosas del mundo, y la original es, pues, de la República Checa. En otras partes lo que se produce es cerveza tipo Pilsen.
Bueno, y en breve debo decir que Frantisek Palacký, nació en 1798 y falleció en 1876, fue historiador, filósofo, político e importante representante de la cultura checa. Escribió, entre otros, la Historia de la Nación checa en Bohemia y en Moravia.
Y volviendo al tema de hoy, se sabe que Palacký acostumbraba visitar la cervecería U Pinkasu, donde pedía su comida favorita: carne de cerdo asada con todo y piel, acompañada de medio litro de cerveza Pilsen.
Disculpa, otra aclaración, aquí en la República Checa la cerveza se bebe de jarras de medio litro, recuerdo que la primera vez que me sirvieron una me resultó imposible beberla, además la cerveza se sirve tradicionalmente cruda, o de caña, y su temperatura no es un tanto menor a la temperatura ambiental, no es caliente, pero no tampoco es tan fría. Y cuántas cervezas bebes, digamos cuando estás con los amigos, si no es un secreto?
Debemos aclarar que no estamos fomentando a que se beba cerveza, simplemente hablamos sobre la bebida nacional de la República Checa. Yo soy muy mal bebedor, ante los ojos de mis amigos checos, porque bebo cerveza sin alcohol y cuando bebo cerveza común y corriente solo medio litro, o sea una jarra.Sí, realmente muy poco para las condiciones locales. Normalmente en una velada algunos checos beben unas diez cervezas por cabeza, o sea cinco litros de cerveza, y claro que algunos hasta más.
Como decíamos hace unos minutos la cervecería U Pinkasu era una de las preferidas de Frantisek Palacký, se trata de una cervecería que todavía existe, todavía funciona en Praga y ello desde hace más de 160 años.
Se trata de uno de los destinos buscados por los turistas, pero que goza de una clientela nacional fija y de varias generaciones, según explican sus empleados.
Pero hablábamos de las grandes figuras checas que se dejaron cautivar por la cerveza. Antes de que sigamos con los personajes históricos debo decir que el ex presidente checo Václav Havel, es un conocedor de la cerveza checa, y más de una visita oficial fue invitada a saborear esta bebida checa por excelencia.
La cervecería U Pinkasu, que mencionábamos al principio fue también refugio gastronómico de grandes figuras del cine como Ladislav Pesek, y las grandes estrellas Werich y Voskovec, dos inmortales checos del mundo del celuloide, y no debemos olvidar al gran compositor y pianista, Jaroslav Jezek.
Gran sorpresa me llevé cuando los especialistas en el tema informaron que se sabe que también otro gran nombre vinculado con la cultura checa fue cautivado por la frescura de la cerveza checa, pues ni más ni menos que Franz Kafka.
Los cronistas indican que Franz Kafka y su amigo Max Brod frecuentaban una cervecería que se encontraba en la calle Vinohradská, en la misma calle donde se encuentran los estudios de Radio Praga.
Curioso resulta el hecho de que Kafka visitaba también un restaurante situado en el edificio donde él nació, actualmente se allí un museo dedicado a Kafka.
Y otro de los grandes conocedores de la mágica, espumante y rubia bebida fue otro gran escritor: Bohumil Hrabal.
Con su manera tan especial de mirar el mundo, Bohumil Hrabal convirtió la cervecería "U zlatého tygra", o "Tigre dorado" en español, en una especie de estado mayor, era su lugar de reunión y el lugar donde se le podía encontrar siempre.
Y además de Hrabal, bebieron cerveza en ese lugar -con el escritor- tres personas de renombre mundial: Václav Havel, Bill Clinton y Madeleine Albrigth, o sea, un escritor, dos presidentes y una secretaria de Estado, en ese momento.