La casa rural como segunda vivienda de la familia checa

Hrutkov, districto de Jindrichuv Hradec, foto: Pavel Hrdlička, CC BY-SA 3.0 Unported

En los fines de semana y durante las vacaciones, la mitad de la nación checa se muda al campo, para pasar el tiempo libre en su propia casa o casita rural. La tenencia de una casa de recreo como segunda vivienda de la familia checa es un fenómeno que quizás en ningún otro país europeo alcance niveles tan masivos. En parte se debe a que el antiguo régimen comunista prohibía tanto las actividades comerciales privadas, como viajar libremente; los ciudadanos tenían así una única posibilidad de realizarse: la de desplazarse al campo y a la campina para dedicarse a embellecer sus casitas y huertos. Don Jirí es uno de los aficionados a esta costumbre típica checa.

Hrutkov,  districto de Jindrichuv Hradec,  foto: Pavel Hrdlička,  CC BY-SA 3.0 Unported
¿En qué región checa tiene una casa rural?

"En Bohemia del Sur donde nacieron mis padres, y por ello siento un profundo vínculo sentimental y emocional con esa región. Me encanta además el típico paisaje de Bohemia del Sur, marcado por fuertes influencias barrocas, y su naturaleza es una de las mejor conservadas de mi patria".

¿Por qué se ha comprado una casa en el campo?

"Es el deseo de huir de la ciudad y del estilo de vida urbana. En el campo encuentro lo que me falta en las grandes urbanizaciones: una vida tranquila y amistosa entre la gente que no tiene prisa y que no piensa solamente en ganancias inmediatas. Tener una casa rural, además del piso en la ciudad, es, por otra parte, una afición que requiere mucho tiempo, porque la casa y el huerto suponen un mantenimiento constante y muchos cuidados. Por ello se puede practicar tan sólo los fines de semana y durante las vacaciones. En el huerto cultivo verduras y frutas y créame que éstas me apetecen más que las compradas en una tienda".

¿Puede describirnos un día típico del propietario de una casa rural?

Casa rural,  foto: Archivo de Radio Praga

"Por la manana me levanto con los primeros rayos del sol y desayuno sin prisa y con tranquilidad. Luego me dedico a arreglar la casa y mejorar y hacer más bello su aspecto, así como a trabajar en el huerto. Después del almuerzo hago una siesta y luego practico deportes con mis hijos y mis nietos, nos banamos en el río y montamos en bicicleta. Y por la noche nos reunimos con amigos, hacemos fogatas y un asado, tomamos vino y charlamos. Claro, esto se hace en verano porque la mayoría de los checos suele ir a sus casas de recreo desde la primavera hasta el otono. Pero pasar días de invierno en el campo también tiene un encanto especial; cuando todo está cubierto por la nieve y desde la chimenea encendida radia el calor...".

¿Cuál es el aporte de este éxodo regular de la población urbana hacia al campo?

"Los habitantes de la ciudad han traído al campo nuevas pautas culturales y sociales, y una nueva forma de comportamiento que se mezcló con el estilo de vida campestre, y pienso que todo esto enriqueció a ambas partes. Además, el fenómeno de la casa rural como segunda vivienda contribuyó a conservar el aspecto tradicional del campo y campina checos y a salvar muchas joyas de la arquitectura rural".