Klásterec nad Ohrí, palacio de la porcelana
Porcelana, un palacio con una situación romántica a la ribera del río Ohre, agua mineral con efectos curativos y el árbol de la felicidad. Todo ello lo encontrarán en la ciudad de Klásterec nad Ohrí, en Bohemia Occidental.
En el año 1453 se instaló en Sumburk la casa noble Ficthum, procedente de Sajonia, tomando posesión de todo el señorío de Klásterec, según explicó el director del palacio de Klásterec nad Ohrí, Václav Zajíc.
"Tras el año 1514 los Ficthum construyeron en una roca en el río una casa señorial que fueron ampliando hasta convertirla antes del inicio de la Guerra de los Treinta Años en un edificio de cuatro alas. Fue un palacio renacentista tal como debe ser, con cornisas y jambas de piedra. Según escribieron los cronistas, nuestro palacio era el más hermoso en la región de Zatec".
Krystof Ficthum, nieto del fundador de la casa señorial y de la ciudad de Klásterec, participaba activamente en la resistencia de la nobleza checa contra los Habsburgo, que reinaban a las tierras checas.
Después de que el 23 de mayo de 1618 los nobles descontentos arrojaron por la ventana del Castillo de Praga a dos gobernadores imperiales, Vilém Slavata y Jaroslav Martinic, y al escribano Fabricius, acontecimiento conocido como la segunda defenestración praguense, Krystof pasó a ser miembro del directorio de nobles que destronaron al rey Fernando II de la dinastía de los Habsburgo y eligieron rey checo a Federico del Palatinado.La revuelta terminó con la derrota en la Montaña Blanca el 8 de noviembre de 1620. Los Ficthum, de fe evangélica, tuvieron que huir de Bohemia y las propiedades confiscadas de Klásterec las adquirieron los rígidos católicos de Thun, originarios del Tirol, fieles a la casa de los Habsburgo.
Michael Oswald Thun eligió en el siglo XVIII a Klásterec como sede de su estirpe, invitando a los más importantes arquitectos, pintores y escultores a remodelar el palacio. El italiano Carlo Lurago, probablemente el arquitecto más famoso de aquella época, proyectó además del palacio la iglesia de la Santísima Trinidad, en cuya cripta fue ubicada posteriormente la tumba familiar de los Thun. En el sepulcro se halla el valioso árbol genealógico de los Thun fabricado de porcelana.
De la realización de los planes arquitectónicos se encargó el constructor Rossi de Lucca. La decoración escultórica corrió a cargo de Jan Brokoff, padre del famoso escultor barroco Fernando Maxmiliano Brokoff, que nació en Klásterec.
Las estatuas de Jan Brokoff y sus ayudantes, que hoy se encuentran en la terraza y en el jardín del palacio de Klásterec, rodeaban originalmente una monumental fuente en la plaza de la ciudad. Las estatuas representan las cuatro estaciones del año, y cuatro continentes - Australia y Antártida no habían sido descubiertas todavía - y a las figuras de la mitología: Mercurio, Venus y Ulises.La más preciosa de las estatuas, el Triton, cuyo autor fue sin duda el mismo Maestro Brokoff, adorna una fuente frente al palacio.
Junto con el palacio y la iglesia se construyeron edificios administrativos, una cervecería, palacetes destinados a las diversiones veraniegas y arcadas que recordaban un paseo en un balneario. Klásterec fue víctima de varios incendios. Tras el último incendio el palacio adquirió en el siglo XIX su actual aspecto neogótico, precisó Václav Zajíc.
"Tras la Segunda Guerra Mundial el palacio fue expropiado a los Thun en base a los Decretos del presidente Benes. En el palacio se instalaron las autoridades municipales, luego la policía, en las salas renacentistas hubo un gimnasio".
Desde el año 1953 el palacio de Klásterec nad Ohrí alberga la colección de porcelana de los fondos del Museo de Artes Aplicadas de Praga.
En Klásterec fue fundada la segunda fábrica de porcelana más antigua de Bohemia. Su surgimiento en el año 1794 se debe al administrador del señorío de los Thun, Mikulás Weber. El impulso fue dado por el descubrimiento de yacimientos de caolín en la cercana localidad de Cernýs, que sin embargo, no era de gran calidad, según se demostró posteriormente.
Tras la muerte de Weber se encargaron de la fábrica los propios Thun. Su marca aparece en la porcelana de Klásterec a partir del año 1819.
"Las veintiuna salas de la primera planta del palacio están consagradas a la porcelana checa desde sus comienzos, es decir desde las postrimerías del siglo XVIII, hasta la actualidad. La porcelana se expone en espacios con muebles de la época, típicos del clasicismo, estilo imperial, biedermeier, rococó, neorrenacentismo, modernismo, cubismo, el período de entreguerras hasta la época moderna. El valor inmenso y único de nuestra colección consiste precisamente en el hecho de representar cada uno de los estilos y fabricantes de la porcelana checa".
La planta baja del palacio de Klásterec alberga colecciones de porcelana oriental - china y japonesa, y europea más antigua fabricada, en Meissen, Viena y Nymfenburg. Las exposiciones están acompañadas con muebles de la época."No exponemos la porcelana más antigua de China y de Japón, pero disponemos de productos del período entre los siglos XVII y XIX, cuando la porcelana de esos países se importaba a Europa y a Bohemia mediante las compañías holandesas, inglesas, etc."
Otro producto relacionado con Klásterec nad Ohrí es el agua mineral "Klásterecká kyselka". En el año 1883 el agricultor Josef Fickert descubrió que el agua de su nuevo pozo tiene un sabor ácido, pero muy agradable. Un análisis confirmó que se trataba de agua mineral de alta calidad y efectos curativos.
En el año 1896 el pozo pasó a la propiedad de Frantisek Fieber, fabricante de azúcar de Ústí nad Labem. Fieber puso a la fuente el nombre de su esposa Eugenia, que se convirtió en el diminutivo familiar y cariñoso checo "Evzenka".Fieber invirtió elevadas sumas en los mecanismos de captación y acumulación del agua mineral. Por encima de la fuente construyó un pabellón y en sus proximidades un amplio parque con un estanque para cisnes, dando así origen a la vida balnearia de Klásterec.
Y "el agua ácida de Klásterec" - "Klásterecká kyselka" traspasó las fronteras del país. Durante la Segunda Guerra Mundial incluso sació la sed de los soldados del general alemán Rommel en África.
Finalizamos nuestra visita a Klásterec nad Ohrí en el precioso jardín del palacio, que bordea el río Ohre, bajo la corona del árbol Gingko Biloba. Según la leyenda, sus hojas de dos aurículas traen la felicidad.