Jitka Pánek Jurková, directora de los Centros Checos: "Nuestro crédito cultural es muy fuerte en todo el mundo"
Jitka Pánek Jurková, directora de los Centros Checos, conversó con RPI acerca del valor de esta red de instituciones y detalló cuáles son los objetivos que se han propuesto para 2025. ¿De qué otros países puede aprender Chequia para usar correctamente su "poder blando" y cuáles son los temas checos que siempre generan interés en el mundo? Nos lo cuenta en esta entrevista.
Con una red de casi 30 sedes en todo el mundo, los Centros Checos ofrecen una ventana al país de la cerveza, de los castillos, de Kafka y también, de los campeones mundiales de hockey sobre hielo. Esta red organiza diversas actividades vinculadas a la llamada “diplomacia cultural”. De qué se trata esta rama y cómo puede aprovecharla el país lo explica Jitka Pánek Jurková, directora de la institución, quien conversó con RPI en la oficina de la sede central de Praga.
“La misión de los Centros Checos consiste en despertar interés y una reacción positiva hacia los temas vinculados a Chequia, además de funcionar como un apoyo extra para la política exterior del país. Se puede decir que los Centros Checos actúan como, por ejemplo, el Instituto Goethe de Alemania, el Institut Français de Francia o el British Council de Gran Bretaña. Es una herramienta del llamado ‘poder blando’, que, en este caso, tiene que ver con llegar a una audiencia extranjera”.
Independencia y cooperación
Pánek Jurková asumió como directora de la organización en 2023 y, a partir de su experiencia, asegura que cada centro tiene la particularidad de ser, por un lado, suficientemente autónomo, pero que, por otro, deben apoyar algunas iniciativas impulsadas a nivel general.
“Los centros tienen bastante autonomía, porque la razón de ser de cualquier instituto cultural es la de poder conectarse con el público local. Seleccionamos a nuestros directores en función de su conocimiento del territorio. A veces los centros deben ocuparse de territorios grandes, como el de Estados Unidos. Otras, se abocan a zonas más pequeñas, como en el caso de Georgia. Pero siempre suponemos que el director conocerá y tendrá una relación con el territorio en cuestión. Desde esa perspectiva, queremos brindarles una autonomía importante, porque su juicio sobre lo que funcionará con el público local es primordial”.
Si bien los directores de cada centro tienen un peso fundamental, existen ciertos temas, definidos año a año, que deben servir como marco para el desarrollo de múltiples actividades, según explica la entrevistada.
“Tenemos temas centrales o ‘paraguas‘ que estamos haciendo funcionar en toda la red, si tiene sentido, obviamente. Estos temas forman el ADN de nuestra programación y, por supuesto, nuestro tipo de visibilidad e identidad externas. En 2025, por ejemplo, celebraremos el aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial y la pregunta siempre con los aniversarios históricos es: ‘¿qué tan pertinente podría ser esto hoy?’ Además, el tema central que hemos elegido para trabajar este año se llama ‘Espacio Seguro’ y es un tema de resiliencia mental. Este será un tema paraguas para toda la red, pero los propios directores eligen exactamente de qué manera trabajarán con él. Algunos de ellos lo abordarán desde actividades artísticas, otros con grandes debates; y demás”.
Ejemplos a seguir
Afortunadamente para los directores y directoras de los Centros Checos, algunos temas vinculados al país no necesitan presentación y siempre despiertan interés.
“Obviamente, hay algunos fenómenos por los que somos conocidos, como la Nueva Ola del cine checoslovaco. Es muy popular y a mis colegas les encanta trabajar con ella en todo el mundo. Sin embargo, siempre tratamos de motivarlos para que le agreguen un toque contemporáneo. Así que, por ejemplo, cuando hablamos de la Nueva Ola checoslovaca, también hablamos de la cinematografía actual, de las directoras, etcétera”.
Si bien los Centros Checos vienen recorriendo un largo camino desde hace más de 30 años y no escasean en experiencia, Pánek Jurková asegura que otros países han realizado un trabajo excepcional en los últimos años y su trabajo podría servirle de ejemplo a Chequia.
“Me gusta seguir al Korea Institute y la diplomacia cultural coreana. Hace años que establecieron sus objetivos con bastante claridad: la cultura pop, la industria cinematográfica, la gastronomía y otras cosas, y han avanzado mucho en estos campos, con resultados sorprendentes. Y han tenido mucho éxito en la marca de Corea del Sur como un país muy contemporáneo e interesante. Ese es un ejemplo. Finlandia también ha sido realmente genial, y los países escandinavos en general también saben lo que están haciendo, ya desde los años 60. Para ellos, la marca también fue parte de la reinvención de sus sociedades después de la Segunda Guerra Mundial. Y no solo eso, han logrado establecer una posición realmente sólida de su diseño, pero con ello también una posición clara de sus ideas, incluida la inclusión y la sostenibilidad, por ejemplo. El Goethe Institut es otro buen ejemplo: una red muy profesional de institutos culturales con una narrativa muy específica y una misión muy clara para Alemania”.
Una largo camino recorrido
Sin embargo, Chequia no se queda atrás. Gracias a su amplia red y a los vínculos que han establecido con diversas comunidades en todo el mundo, los Centros Checos, asegura Jurková, son un claro ejemplo de que la diplomacia cultural funciona.
“Estoy muy contenta con la infraestructura que tenemos. Es realmente asombroso tener ya una red de institutos culturales fantástica y tan profesional. Tenemos casi 30 de ellos en todo el mundo. Aún hay espacio para mejorar desde el punto de vista del país, ya que podríamos definir mejor nuestros objetivos estratégicos como conjunto y enfocar nuestros esfuerzos en ellos. Pero es un gran logro que se hayan creado los Centros Checos después de la Revolución de Terciopelo y que hayan estado funcionando y creciendo desde entonces. Creo que para Chequia la diplomacia cultural es una herramienta muy poderosa, porque nuestro crédito cultural en todo el mundo es muy fuerte, solo tenemos que ser inteligentes a la hora de aprovecharlo. Por lo tanto, lo que tendríamos que hacer, creo, como país, es postular cuáles son nuestras visiones estratégicas específicas, cuál es nuestro público objetivo y desarrollarlo, por supuesto dentro de los Centros Checos y dentro de otras instituciones públicas que están activas en este campo. Por ejemplo, una vez más, en Escandinavia, Finlandia es un buen ejemplo, porque siempre postula sus objetivos para múltiples instituciones y trabaja en ellos simultáneamente”.
Al hablar de cultura, diplomacia y las figuras destacadas del país, el nombre de Václav Havel resulta ineludible. Según la funcionaria, el primer presidente de República Checa ha dejado una huella imborrable en este aspecto del país, por lo que sigue representando un faro para todos aquellos que intentan abrir las puertas del país al mundo.
“Havel es un ejemplo increíble para nuestro trabajo en general, porque creo que él era un referente en la práctica de la diplomacia cultural. Tenía ideas muy fuertes, expresadas de una manera excelente, que eran relevantes para la política internacional. Sabía lo que hacía y era capaz de expresarlo de forma cautivadora en sus obras de teatro y sus libros, y todo eso fue muy valioso para la política exterior checa. Esos mismos pilares también deberíamos incluirlos en nuestras actividades”.
En el ámbito hispano, se trata del Centro Checo de Madrid el que se ocupa de cuidar y expander la cultura checa no solo por toda la penísnula ibérica, sino, a la espera que quizá en el futuro se puedan abrir nuevas oficinas en Latinoamérica, quien también organiza actividades y proyectos desde México a Argentina.