Jiří Stivín, el genio de la flauta
En esta ocasión el programa está dedicado al flautista Jiří Stivín, que además de destacarse como uno de los mejores flautistas de jazz de Europa, según las encuestas del Jazz Forum, también ha cultivado la música barroca y renacentista.
Pero comencemos desde el principio. Jiří Stivín nació en 1942, hijo de la conocida actriz Eva Svobodová, y desde pequeño se vio vinculado al mundo del teatro y las artes escénicas. De hecho, más tarde, Stivín entraría en la orquesta del teatro Karlín y, años después, entre 1970 y 1973, se convertiría en solista y luego director de la orquesta del Teatro Nacional. Su primer contacto con la música fue sin embargo el violín, que nunca le llegó a entusiasmar, y de hecho en su juventud parecía que su carrera iría por otro camino, el de la imagen, al estudiar la carrera de camarografía en la Facultad de Cine de Praga (FAMU).
El descubrimiento de la flauta tuvo lugar relativamente tarde, en sus años universitarios, de la mano de los músicos Milan Muclinger y Jiří Válek. Un amor a primera vista que llevó a que, al terminar la universidad, ya tuviera claro que su vida sería la música, y no la cámara. Tras una episódica experiencia en el rock, con los Sputnici, entre 1962 y 1963, Stivín entró de lleno en el jazz en 1964, fundando la legendaria banda Jazz Q junto a Martin Kratochvíl.
La música necesita siempre de amplitud de miras, y estas llegaron poco después con una estancia en Londres, donde Stivín tuvo la oportunidad de estudiar en la Academia Real de Música y pulir sus aptitudes.
Precisamente con esta formación, Jiří Stivín participó en 2004 en uno de los conciertos de jazz organizados por la presidencia de la República Checa. De esta sesión es el tema que van a escuchar a continuación, ‘Balada de los Ojos de la Señora Topič’ (‘Balada o očích paní topičové’), compuesta por el mismo Stivín.
También de los años setenta es su exitosa asociación con el guitarrista Rudolf Dašek para dar a luz al dúo System Tandem, que con sus dos discos de estudio acarreó a Stivín su primera repercusión internacional y garantizó la presencia de la pareja en numerosos festivales de jazz a nivel europeo.
La colaboración con Dašek marcó la madurez estilística de Stivín y su camino dentro del jazz. De acuerdo con el crítico musical Igor Wasserberg, las composiciones del System Tandem daban lugar a un “jazz checo”, que optaba por su propio camino, distinto del norteamericano, al introducir elementos de la música étnica centroeuropea y aportar una nueva visión, caracterizada, según, el crítico Ivan Podleñák, por estructuras más libres, más alejadas de los clichés de la época, nuevas tonalidades, un mayor uso de contrastes y cierto sentido del humor, al jugar con distintos estilos.
En los años 80 Jiří Stivín actuó principalmente como solista, participando a menudo en los proyectos de otros músicos tanto de Checoslovaquia como de fuera del país. Su doble álbum ‘Excursiones’ (‘Výlety’), de 1981 fue considerado en su momento como unos de los discos de jazz más populares del continente europeo.
Stivín, de estética muy particular, con su barba y su gorro, posee también una forma de tocar muy personal y reconocible, rica en viveza, improvisaciones y sentido del humor, donde el virtuosismo se funde con una alegría que logra contagiar sin esfuerzo al público.
Se sus producciones en solitario destaca entre otras el disco ‘Staus Quo Vadis’, de 1987, formado exclusivamente por composiciones propias, y en el que colaboran por ejemplo la cantante Iva Bittová, el guitarrista Michal Pavlíček, y los cuatro hijos de Stivín, en ese momento niños, que se encargaron de los coros en algunos temas.
Como mencionábamos al comienzo del programa, la flauta de Jiří Stivín no surca únicamente las aguas del jazz. Su contacto con la música antigua se remonta a su relación con el mencionado Milan Muclinger, que además de introducirle al mundo de la flauta, también le orientó en cuanto a las técnicas de la interpretación preclásicas.
Es sin embargo a partir de los 80 cuando su vertiente hacia la música medieval, barroca y renacentista se hace más evidente, actuando en numerosas ocasiones con el conjunto Ars Rediviva y sobre todo con el Collegium Quodiblet. Aunque las composiciones son las de los grandes clásicos, la aproximación a este tipo de música es similar a la jazzística, abundante en improvisaciones y con una puesta en escena más apasionada y más enfocada en el público.
Al mismo tiempo, desde mediados de los 80 Svitín ejerce de profesor de flauta en el Conservatorio de Praga y cada mes de noviembre organiza un concierto de música antigua en honor a Santa Cecilia en el palacio Rudolfinum de Praga. Su actividad pedagógica se ve completada por la fundación del Centro para la Improvisación y el Arte.
(Repetición del 20/7/2013)
