Jan Fischer quiere ser un presidente transparente

Jan Fischer, foto: Filip Jandourek, Archivo de ČRo

Nueve son los candidatos oficiales a la presidencia de la República Checa. Figuran entre ellos tanto hombres como mujeres, políticos, economistas y médicos. Este miércoles les ofrecemos el perfil de Jan Fischer, quien postula a las primeras elecciones directas en la historia del país bajo el número 2.

Jan Fischer,  foto: Filip Jandourek,  Archivo de ČRo
El ex primer ministro, Jan Fischer es un candidato presidencial que no milita en ningún partido político. De profesión economista y experto en estadísticas, trabajó largos años en instituciones especializadas en esos temas y en 2003 fue nombrado presidente de la Oficina de Estadísticas Checa.

Seis años más tarde Fischer fue elegido primer ministro provisional tras una crisis de gobierno. En 2010, Fischer fue nombrado vicepresidente del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, con sede en Londres, cargo que abandonó al presentar su candidatura a la presidencia de la República Checa.

Foto: Filip Jandourek,  Archivo de ČRo
Jan Fischer señaló que al comienzo vaciló, pero que gracias al apoyo que le fue manifestado por un sinnúmero de ciudadanos, decidió aceptar ese desafío. Fischer quiere ser un presidente transparente y al servicio de los ciudadanos, según dijo.

“La transparencia de todo lo que hago es muy importante para mí, así como la sociedad civil. En caso de llegar a ser presidente, desearía mejorar la cultura política en este país en primer lugar. Estoy convencido de que, siendo un candidato independiente y sin partido, puedo ser un presidente al servicio de los ciudadanos. El presidente debería interesarse por las necesidades de los ciudadanos y saber defender sus intereses”.

Fischer tiene 61 años de edad y antes de los cambios democráticos en el país fue miembro del Partido Comunista Checoslovaco lo que, según dijo en cierta ocasión, era indispensable si uno quería desarrollarse profesionalmente. No obstante, actualmente afirma que no apoyaría ningún Gobierno que dependiera del apoyo de los comunistas. Fischer considera extremista ese partido y le molesta su negativa postura frente a la Unión Europea y la OTAN.