Ir o no ir a las urnas

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¿Ir o no ir a las urnas?, ésa es la cuestión. Para los comicios parlamentarios faltan 29 días. Las estadísticas alertan que la participación electoral en la República Checa sigue disminuyendo y la generación más joven, que recién ha alcanzado la edad "electoral", no quiere interesarse por la política.

Ante la sala casi vacía el presidente de la Cámara Baja lee los nombres de los diputados que por motivos de salud han disculpado su ausencia. Por motivos de salud acudan a los colegios electorales, así dice el spot televisivo que incita a los jóvenes checos a entregar su voto en los próximos comicios. Renombrados directores decidieron convencer al electorado más joven mediante una campaña titulada "Lo decidirán". Los spots ofrecen imágenes de diputados durmiendo, jugando a los naipes en su PC o mirando fotos eróticas en una revista. En otro spot de dibujos animados se ve a dos chicas platicando sobre si saldrán o no para mostrar al final que están hablando de las elecciones.

Según las agencias de sondeo de opinión pública, un 20 por ciento del electorado checo son personas que por principio no acuden a las urnas. Aparte de desempleados, personas con educación básica y amas de casa se trata cada vez más de los checos jóvenes, que ya no recuerdan los tiempos del régimen comunista antes del cambio democrático en noviembre de 1989. Afirman que todos los políticos son iguales y que su voto no alteraría nada. Su mundo se centra en los viajes y la carrera profesional.

En la primera mitad de los años noventa la situación era bien diferente. La generación de entre 18 y 30 años se interesaba entonces por la política muy activamente. La participación electoral en los primeros comicios libres en 1990 alcanzó el 96 por ciento. Mientras tanto ha bajado, no obstante, a la mitad.

Ello inspira a algunos expertos la idea de aplicar la obligación de participar en las elecciones, que es ley, por ejemplo, en Bélgica, Australia, Argentina y Brasil. La participación electoral obligatoria existió en la Checoslovaquia de entreguerras, así que no resulta extraño que en 1935 entregaron su voto casi el 90 por ciento de los ciudadanos. La pregunta es si los checos hoy consentirían esto, aunque la mayoría considera la baja participación electoral un problema grave. Es que todavía hay muchos que sí que recuerdan la participación obligatoriamente facultativa en las elecciones antes del 89.

No queda, pues, otro remedio que convencer a los ciudadanos que "votar es sexy", según proclaman los autores de la campaña "Lo decidirán".