Helena Zeťová quiere cruzar los puentes de la música
Helena Zeťová irrumpió en la escena del pop checo como una de las cantantes del trío Black Milk. Posteriormente, decidió tomar las riendas de su carrera. Hace poco lanzó al mercado su segundo álbum solista titulado ‘Cruzando Puentes’.
Bajo el título ‘Cruzando Puentes’ se esconden diez canciones en inglés y una en griego. Algunas llevan rastros de soul, otras de country, pero, en general, se trata de un disco de rock-pop.
La primera canción, que dio el nombre al álbum, cuenta sobre la necesidad de superar obstáculos que a veces la vida nos pone en el camino. “El tema de la canción me resulta bastante familiar, expresa perfectamente mi actitud hacia la vida”, señaló la intérprete en una entrevista para el diario Mladá Fronta Dnes.
La canción más alabada por la crítica es ‘El Manzano’, al ritmo de blues. “Su melodía se columpia como las lámparas en un bar lleno de humo”, escribió Jana Záhorková, redactora de cultura del portal iDNES.cz.
Cabe destacar también la última canción del álbum, con las letras en griego, titulada ‘Den To Perimena Pote’. Originalmente fue escrita para una cantante de Grecia, pero al final sus autores optaron por Helena. “Es una historia de amor. Luna, sol y pasión son los temas que no pueden faltar en ninguna canción griega”, sostuvo la cantante.
Los inicios musicales de Helena Zeťová se remontan a su adolescencia. A los 15 años abandonó su ciudad natal de Valašské Meziříčí, Moravia del Norte, para integrar primero una banda de rock y después otra de gospel, con la cual concertó en España y en la isla de Lanzarote.
En la escena musical checa entró en 2002 como cantante del trío femenino Black Milk, compuesto por Tereza Kerndlová y Tereza Černochová, hijas de dos famosos cantantes checos. El grupo gozó de una gran popularidad, especialmente entre los jóvenes. En 2002, ganó en la categoría Revelación del Año en el concurso Ruiseñor Checo, que premia a los intérpretes más populares del país.
Sin embargo, el grupo no soportó el peso de su éxito y, tras tres años de conciertos y dos álbumes publicados, se separó por discrepancias entre sus miembros, en abril de 2005.
Helena Zeťová no se dio por vencida y con su característica voz ronca logró imponerse como solista. Además del pop, la joven cantante empezó a desarrollar también otros estilos de música.
Eso quedó patente en su primer disco como solista, titulado ‘Listo Para Aterrizar’, que contenía una docena de canciones en inglés y en checo, de varios géneros, como el rock, el soul, el gospel y el latino. La canción que más impacto tuvo fue ‘Imposible’, que durante mucho tiempo lideró la lista de los éxitos checos.
A los 21 años, Helena descubrió otro amor, aparte de la música. Se trata de la isla de Rodas y sus habitantes, que tanto le impresionaron a la intérprete checa que decidió trasladarse a esta perla del Mediterráneo y vivir allí durante años con su novio, por supuesto, griego.
“El público griego es estupendo. A diferencia de los checos, sabe apreciar mi afán por cantar en su idioma y sabe perdonar las faltas que, a veces, cometo. Los griegos aman a la gente y a la vida y saben divertirse”, recalcó la cantante en la revista Mujer y Vida.
A pesar de que la artista rompió su relación con su novio de Rodas hace algún tiempo, no le tomó odio a Grecia, como tal, y ahora trabaja en un nuevo álbum cien por ciento griego que debería publicarse en Atenas a finales del año.
Foto:www.helenazetova.cz