¿Hasta los 30 con mamá? Ni pensarlo

Ya hemos hablado alguna vez en esta sección que los latinos son más familiares que los checos, con una relación más estrecha entre parientes y sobre todo entre padres e hijos. Es quizá por eso por lo que a los checos les sorprende viajar a países hispanos y encontrarse con que la gente vive con sus padres hasta pasados los 25 o incluso hasta más allá de los 30.

El niño ya tiene 26 años, tiene trabajo, novia y posiblemente auto propio. Lo que no tiene es ganas de irse de casa. Se lleva muy bien con sus padres, que lo quieren y lo miman, y no encuentra ningún motivo para abandonar el seno materno y llevar una vida independiente. Es un caso habitual en España y Latinoamerica pero muy poco frecuente en la República Checa, como nos cuenta Tereza Kolembuzová, que pasó un tiempo viviendo en España.

“Yo diría que aquí la gente joven empieza a vivir sola ya cuando tienen 20 años, 21 años, pero los españoles yo diría que viven hasta los 30 y más en casa de sus padres. Pues esta es mi opinión, tenía ahí unos amigos que vivían en casa de sus padres y yo ya vivía sola. Y tenía 20 años y ellos tenían 25, 28 años y se quedaban en casa de sus padres. Entonces me chocó esto bastante”.

Las causas de esa diferencia en la edad de emanciparse parecen ser culturales, y de esos diferentes conceptos de la familia se ha hablado mucho. Así que vamos a enfocarlo de otra manera. ¿Qué aporta a los checos empezar a vivir solos tan pronto? ¿Qué ganan los latinos prolongando su estancia en casa de sus padres?

“Aquí la gente tiene que pensar en el futuro, tiene que ahorrar dinero para el futuro, tiene que pensar en qué gasta mientras que los españoles viven a la hora y aprovechan la vida como es. No necesitan planificar tanto si se quedan tanto tiempo con sus padres”.

Aunque posiblemente otros podrían decir que el dulce sabor de la independencia bien vale ese sacrificio. En fin, les dejo, hoy mamá ha preparado lentejas y se me van a enfriar. ¡Hasta la próxima!