Gitanos checos alzaron la voz contra el extremismo y la xenofobia
En quince ciudades checas grupos de gitanos protestaron este domingo contra el creciente extremismo en el país. Los manifestantes demandaron que el Gobierno intervenga con eficacia contra la extrema derecha, que propaga el racismo y la xenofobia.
Los participantes recalcaron que en medio de un ambiente xenófobo es imposible vivir y educar a sus hijos. Ludvík Slánko, activista de la ciudad de Náchod, al noreste del país, señaló que muchos gitanos se marchan al exterior en busca de una mayor seguridad para sus familias.
“La extrema derecha quiere obligarnos a emigrar. Pero ¿por qué deberíamos irnos? Vivimos en este país desde hace siglos y estamos orgullosos de ser checos. Aquí nacieron nuestros padres y abuelos y aquí queremos vivir también nosotros. No queremos emigrar, queremos seguridad para nuestros hijos. Queremos saber que si en la mañana van a la escuela, por la tarde regresarán sanos a casa”, dijo Slánko.
Andrej Horvát, activista de la ciudad de Pardubice, afirmó que los gitanos están expuestos a diario al racismo y que no se trata solamente de ataques físicos.“Se nos impide, por ejemplo, entrar en un restaurante, hay muchos casos de discriminación de los gitanos en el trabajo. Pero nos ayudamos mutuamente y mantenemos una estrecha solidaridad”, dijo Horvát.
En Chomutov y Ostrava radicales de derecha agredieron a algunos asistentes a los actos y la Policía tuvo que intervenir. En otros lugares las protestas del domingo transcurrieron en tranquilidad.
El primer ministro saliente, Mirek Topolánek, admitió que el extremismo se está extendiendo por el país. Topolánek aseguró que el Gobierno prepara una nueva estrategia de lucha contra esa lacra.”El proyecto incluye medidas de represión como intervenciones policiales contra manifestaciones neonazis no permitidas. También se monitoreará a los grupos de extrema derecha. Pero lo más importante es la prevención. Debemos buscar las raíces del extremismo y erradicar ese fenómeno de la sociedad checa”, recalcó Topolánek.
Los gitanos afirman, no obstante, que el Gobierno hace poco para defenderlos. Sus activistas advirtieron que si la situación no mejora pronto, podrían comenzar a imponer la justicia por su cuenta.