Genética checa obtiene reconocimiento en el extranjero

En esta edición les ofreceremos dos temas: "El genetista checo, Jirí Forejt, realiza investigaciones que pueden ayudar en el tratamiento de la esterilidad masculina"...y "Nuevas medidas ecológicas en la República Checa comprenden el reciclaje de baterías".

El equipo de Jirí Forejt del Instituto de Genética Molecular de la Academia Checa de Ciencias ha obtenido recientemente 250 mil dólares de la Fundación del mecenas norteamericano Howard Hughes. De otras fuentes recibió para sus investigaciones otros 200 mil dólares.

Los mecenas desembolsan subsidios porque el Dr. Forejt es un investigador exitoso: el científico checo descubrió un gen que ha arrojado una nueva luz sobre el surgimiento de las especies animales. Su descubrimiento puede ayudar en el tratamiento de la esterilidad masculina.

"En los últimos diez años el equipamiento de nuestro laboratorio ha mejorado de manera espectacular. Pero ello se debe más bien a los recursos procedentes de Estados Unidos que a las fuentes nacionales", afirma el Dr. Forejt, que a principios de los 90 impartió un curso de genética en la universidad de Princetown, una de las mejores de Estados Unidos.

Hace seis años Jirí Forejt escribió un artículo en el que resumió los resultados de sus investigaciones, demostrando que sería posible clonar a los mamíferos. Revistas especializadas de Occidente se negaron a publicar en aquel entonces el trabajo del Dr. Forejt porque sus conclusiones -dos años antes del nacimiento de la oveja clonada Dolly- les parecían demasiado fantásticas.

Forejt no encontró entonces a nadie, ni en el extranjero, ni en su patria, dispuesto a financiar semejante investigación. El científico consiguió publicar su artículo tan sólo después del nacimiento en Gran Bretaña de la oveja Dolly.

El Dr. Forejt comenta al respecto: "Es normal. Si me quejase sería como los futbolistas checos quienes alegan que pierden porque el árbitro no simpatiza con ellos".

Forejt señala que en lo que se refiere a la presentación de los resultados de la labor científica, es seguramente más fácil para los investigadores de un laboratorio puntero de Estados Unidos que para los de la periferia.


Los fabricantes han asumido el compromiso de lanzar una campaña con el fin de convencer a los consumidores de la necesidad de reciclar las pilas usadas. Antes de fin del año, los productores deben recolectar como mínimo 120 toneladas de baterías.

En los siguientes años irá aumentando la cantidad de pilas usadas devueltas, hasta alcanzar en el año 2006 mil toneladas al año, según las recomendaciones de la Unión Europea. En la República Checa se producen entre 1200 y 1800 toneladas de baterías al año.

El ministro de Medio Ambiente, Milos Kuzvart, suscribió un acuerdo también con el Colegio de dentistas checos. El documento estipula que todos los dentistas deberán contar con una instalación capaz de retener mínimamente el 95 por ciento de las peligrosas partículas de amalgama que contiene compuestos del tóxico mercurio. Ahora se vierten en las aguas residuales sin un tratamiento previo.