Exposición sobre el papel de los Masaryk en el surgimiento de Israel
Una exposición muestra la documentación fotográfica de la visita del presidente checoslovaco T.G. Masaryk a Palestina, sucedida hace 90 años.
Con el nombre de ‘Masaryk and the Holy Land’, una nueva exposición organizada por el Ministerio de Relaciones Exteriores Checo muestra el papel del presidente checoslovaco Tomáš Garrigue Masaryk y de su hijo Jan, posteriormente ministro de Exteriores, en el surgimiento de Israel.
El evento aprovecha el aniversario de la primera visita de un jefe de Estado checoslovaco a Palestina, explica uno de los organizadores, el periodista Petr Brod.
“La visita del presidente Tomáš Garrigue Masaryk a Palestina fue en el año 1927, por lo que celebramos su 90 aniversario. Fue en su momento un acontecimiento extraordinario, porque hasta entonces ningún jefe de Estado de los países democráticos había visitado Palestina y más en concreto su población judía”.
El grueso de la exposición, situada en el palacio de Černín, en Praga, lo conforma la documentación fotográfica de esa visita, nutrida en parte con fondos del Ministerio de Relaciones Exteriores checo pero sobre todo gracias a la colaboración de la embajada israelí en la muestra. La visita fue muy seguida por la prensa palestina, y por ello en Israel se hallaba una gran cantidad de materiales, comenta el embajador de Israel en Chequia, David Meron.
“Decidimos hacer uso de esas fotos, y nos pusimos en contacto con el Ministerio de Exteriores, preguntando si le gustaría exponerlas. Juntos pusimos en marcha la exposición, que cuenta la historia de esta visita y también del apoyo continuo de Checoslovaquia, con Jan Masaryk, a la idea de que debía haber un estado judío en la tierra de Israel”.
Tomáš Garrigue Masaryk simpatizaba con la causa judía y ya antes de dedicarse a la política se había distinguido por enfrentarse abiertamente al antisemitismo, por ejemplo en el caso Hilsner. La visita a Palestina, o más en concreto, a los asentamientos sionistas en este protectorado británico, marcó un antes y un después en la política exterior checoslovaca sobre este tema, incide Petr Brod.
“La visita en sí no fue demasiado importante para el surgimiento del estado de Israel, pero ayudó a que el presidente Tomáš Garrigue Masaryk se aclarara las ideas. Él apoyaba el sionismo a nivel abstracto. Le interesaba el sionismo cultural, como resurgimiento espiritual del pueblo judío, pero albergaba dudas sobre si el sionismo podía conseguir resultados prácticos, sobre todo teniendo en cuenta que la población árabe era entonces mucho más numerosa. Creo que al ver los resultados del trabajo de los judíos en Palestina, por ejemplo el surgimiento de explotaciones agrarias, industrias o una universidad, esto quizás lo convenció de que la actividad judía allí iba a tener efectos a largo plazo”.Masaryk fue declarado en 1935 ciudadano honorífico de Tel Aviv y, cuando falleció, dos años más tardes, las sinagogas de Palestina pidieron rezar por su alma y se le dio su nombre a una plaza.
En total la muestra, que coincide asimismo con el aniversario de la declaración de Balfour, incluye 14 paneles informativos que trazan, además de la visita de Masaryk y sus precedentes, la posterior política prosionista de Checoslovaquia, encarnada más adelante por el hijo del presidente, Jan Masaryk, quien fue ministro de Relaciones Exteriores tras la Segunda Guerra Mundial. Sin Checoslovaquia difícilmente se habría materializado el propósito de la declaración de Balfour, opina el embajador Meron.
“Masaryk fue un simpatizante de la causa sionista y de la declaración de Balfour, y ahora cuando celebramos 100 años de la declaración de Balfour, que es una declaración británica que dice que los judíos deben tener una manera de identificarse como Estado en la tierra de Israel, vemos que el apoyo de Jan Masaryk y de la política exterior checoslovaca fue muy importante. Se trabajó en las Naciones Unidas y mostró apoyo a esta idea, encabezando uno de los comités de las Naciones Unidas que decidió sobre el futuro de esta tierra”.El apoyo checoslovaco pasó en 1948, durante la primera guerra árabe-israelí, de la diplomacia a la logística. Uno de los factores que contribuyeron a la victoria sionista, y al consecuente surgimiento de Israel como estado, fue el suministro de armas checoslovacas y, sobre todo, de aviones de combate, así como el entrenamiento de pilotos.