Empresarios checos dicen que el Estado favorece a competencia extranjera

Cada vez un mayor número de empresarios checos pone el grito al cielo por las ventajas que reciben del Estado las empresas extranjeras que deciden invertir en la República Checa. Los empresarios nacionales aseguran que los impuestos que no pagan las empresas foráneas los deben costear ellos.

Representantes del Gobierno aseguran que una de las metas del Estado es crear condiciones para atraer capital extranjero a la economía del país, y precisamente una de las maneras más efectivas es la aplicación de vacaciones fiscales.

Los economistas del oficialismo advierten que ninguna empresa nacional cumple los requisitos que se exigen a las empresas extranjeras para obtener vacaciones fiscales, pero que en caso de lo que los cumplan no existe inconveniente alguno para aplicárselas también a ellos.

Los empresarios checos dicen que si bien es cierto que no pueden competir con las transnacionales, el Gobierno debería aplicar un plan de ayuda más efectivo para las empresas nacionales, porque la economía del país debe estar en manos de empresas locales.

"No es posible que con nuestros impuestos estemos prácticamente costeando a la competencia, que en la mayoría de los casos nos quita los operarios y personal cualificado," coincide la mayoría de los empresarios afectados.

El señor Karel Matejcek, director de una próspera factoría checa de accesorios para la industria poligráfica advierte que la política del Estado debería ser más generosa con la pequeña y mediana empresa nacional, que topa hasta con problemas a la hora de exportar su producción.

Por su parte, Jiri Král, director de una empresa productora de electrodomésticos advierte que necesitan urgentemente un socio extranjero para superar las dificultades financieras actuales, pero que es consciente de que para un inversor extranjero sería más rentable construir una fábrica nueva.

De acuerdo con Kral este hecho demuestra una vez más que la política de respaldo al empresario checo no es la mejor, pero que no puede aplicarse un política deficiente que favorezca a la competencia extranjera.

Entretanto, representantes del Gobierno se defienden asegurando que muchas veces los empresarios checos esperan un milagro antes de ponerse a trabajar. Crítica que ha provocado una ola de protestas en el sector empresarial del país, que insiste que paga unos de los impuestos más altos del continente.

Los empresarios denuncian que las promesas del gobierno se escuchan durante la campaña electoral, pero que después de llegar al Poder todo queda a mitad de camino. "Y lo peor de todo es que ahora estamos llegando al final del periodo de funciones del gobierno actual, lo que en muchos aspectos significa que todo está congelado", subrayó el señor Král.

Autor: Federico Picado
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