El nuevo Gobierno checo nace a duras penas
La coalición gubernamental, integrada por socialdemócratas, democristianos y liberales, intenta crear un nuevo gobierno, después de que el gabinete se hallara en ruinas debido al escándalo financiero del primer ministro Stanislav Gross. Los líderes de estos tres partidos políticos afirman que existe la voluntad común de llegar a una conclusión, no obstante las negociaciones de este domingo no condujeron a una solución concreta.
La Socialdemocracia tiene previsto crear un nuevo gabinete, el llamado "gobierno pro-europeo", cuya tarea principal es asegurar que la República Checa apruebe la Constitución Europea, ya sea en un referéndum o en el Parlamento.
"De momento lo único que puedo decir es que existe la voluntad común de buscar una solución y que hemos acordado con nuestros socios reanudar las negociaciones este martes", indicó Stanislav Gross, agregando que los socialdemócratas quieren crear un gobierno totalmente nuevo, sin que en el mismo participen los actuales ministros.
Por su parte, los democristianos rechazan la idea, pidiendo que sus tres ministros, que habían dimitido a causa del escándalo financiero del jefe del gobierno, vuelvan a encargarse de sus Carteras. Además, igual que los liberales, reclaman un "seguro anti-comunista", es decir, la promesa de que los socialdemócratas no votarán en el Parlamento junto con los comunistas. Así lo dijo el presidente del democrisitano Partido Popular, Miroslav Kalousek."Tenemos que estar seguros de que no correremos el riesgo de legitimizar un gobierno respaldado por el Partido Comunista", sostuvo Kalousek.
Los líderes de los tres partidos de la coalición gubernamental coincidieron en que, a pesar de ciertas discordias, podrían llegar a un acuerdo, pero la realidad demuestra que eso será bastante difícil.
En caso de que fracasen las negociaciones, los socialdemócratas prefieren crear un gabinete minoritario encabezado por el actual primer ministro Stanislav Gross.